Dirección: Rob Marshall. PaÃs: USA. Año: 2005. Duración: 145 min.
Género: Drama.
Interpretación: Zhang Ziyi (Sayuri), Ken Watanabe (Presidente), Michelle Yeoh (Mameha), Gong Li (Hatsumomo), Kôji Yakusho (Nobu), Youki Kudoh (Calabaza), Kaori Momoi (Mamita), Tsai Chin (TÃa), Cary-Hiroyuki Tagawa (Barón), Suzuka Ohgo (Chiyo), Zoe Weizenbaum (Calabaza [Niña]), Thomas Ikeda (Sr. Bekku).
Guión: Robin Swicord y Doug Wright; basado en la novela de Arthur Golden.
Producción: Lucy Fisher, Douglas Wick y Steven Spielberg.
Música: John Williams.
FotografÃa: Dion Beebe. Montaje: Pietro Scalia
Se basa en el best seller del mismo tÃtulo escrito en 1997 por Arthur Golden. Dirige Rob Marshall, el cual se cargó de Oscar con Chicago. En esta ocasión saca adelante un proyecto ambicioso, del que sale airoso en parte. El envoltorio es atractivo. Adapta un libro conocido a nivel interplanetario, con una historia atrayente, y merced a una buena ambientación, y a un presupuesto abultado logra una pelÃcula aparente, de bella factura, con una fotografÃa esmerada, bonita música de John Williams y unos paisajes que parecen postales.
Las interpretaciones del trÃo femenino Zhang Ziyi (Sayuri), Michelle Yeoh (Mameha), Gong Li (Hatsumono) son estupendas, en especial Zhang Ziyi , que demuestra que sabe actuar además de repartir estopa como hacÃa en Tigre y Dragón, Hero o La casa de las dagas voladoras. Pero algo falla en la pelÃcula. Sus más de dos horas de duración va en detrimento del resultado.
La vida de la geisha no se analiza al detalle, ya que Marshall no pretendÃa hacer un documental sobre la vida de las geishas, sino que mediante la ficción, quiere mostrar la evolución que sufre una niña japonesa, la cual es vendida junto a su hermana por su familia para ir a parar a trabajar como crida en una casa de geishas, en la cual ella se acabará convirtiendo en una de ellas. Lo más interesante es el comienzo de la pelÃcula; la soledad de una niña sola en el mundo privada de afectos, las presiones, envidias, y maltratos que debe soportar por parte de sus compañeras de la casa en la que habitan, por ser ella la «elegida» por la patrona, la perdida de la condición de Geisha que sufre como consecuencia de la 2º Guerra Mundial y la presencia americana
Todo ello sucede con la sombra del romance no cuajado, del amor en la sombra, no correspondido que desde niña Sayuri siente por el presidente (Ken Watanabe) . Tuve la «suerte» de ver la pelÃcula en versión original. Marshall, hizo que se rodase en inglés, cuando la mayorÃa de los actores que intervienen desconocÃan la lengua inglesa. Por ello algunas escenas resultan cómicas, pues el ingles que se escucha es de chichinabo. Esto se debe al interés de que esta pelÃcula resultase universal empleando la lengua inglesa, pero creo que ello va en su contra. Los actores resultan a veces forzados, y en cuanto a los subtÃtulos en castellano son un desastre. Muchas palabras están mal escritas, no reparan en los artÃculos, en los plurales, en si quien habla afirma o pregunta, vamos que son para echarse a llorar.
La anecdota es que las tres actrices protagonistas son Chinas y tuvieron que intepretar a unas mujeres Japonesas, lo cual suscitó la polémica entre ambos paÃses. Para realizar la pelÃcula se construyó un hanamachi, distrito de geishas, como los de la época, recreando las viejas calles e incluso un serpenteante riachuelo en un enorme rancho del condado de Ventura, California
La voz en off, pretende dotar a la pelÃcula de un halo de profundidad espiritual, con frases lapidarias, que se las lleva el viento y no incitan ni un leve pestañeo. Marshall ha hecho una pelÃcula correcta, ha edificado un bello palacio con pilares de aire, que se lo llevará el viento.
pues la de «juegos de mujer» es aunque pueda parecer increible, bastante peor que la de las geishas.
Es el mismo director de »chicago»?, seguro?!!!.Parece ke se dejo todo el sentido de ritmo alli,esta pelicula es preciosa visualmente, maravillosa su banda sonora y mas larga k un dia sin pan.Hay momentos k con tanta putada entre geishas parece »showgirls», y sinceramente entre estas y la Elisabeth Berkley ,prefiero la segunda.Habia mas mala uva!