Dirección: Jae-young Kwak
Reparto: Tae-hyun Cha (Kyun-woo), Ji-hyun Jun (La chica), Jin-hie Han (Padre de la chica), Sook-hee Hyun (Madre de la chica)
Guión: Jae-young Kwak basado en las historias reales de Ho-sik Kim
Fotografía: Sung-Bok Kim
Montaje: Sang-Beom Kim
Dirección artística: Yun-hie Song
Corea del Sur 2001
Viajando en el metro, un joven salva a una chica borracha de caer a las vías. Después se montan en el mismo vagón y la chica cae desmayada tras vomitar a un hombre en la cabeza. La gente piensa que él es el novio de la chica, y ante la confusión decide hacerse cargo y llevarla a un hotel para que descanse, pero por otra confusión él acabará en la cárcel. Al día siguiente, cuando parece que su apacible vida (a pesar de las palizas que le da su madre con lo primero que pilla, por no hacer lo que le manda) puede volver a su cauce, como un tranquilo estudiante de ingeniería, recibe una llamada de la chica pidiendo explicaciones por lo sucedido.
Ella es de “las de su tipo”, y aunque borracha no le gusta mucho, cuando no lo está sí que le parece una chica atractiva. Según se van conociendo comprueba que no es así. La chica es descarada, mandona y agresiva, pero induce en él una especie de fascinación que le obliga a obedecerla en lo que le dice y satisfacer todos sus deseos, desde ponerse sus zapatos de tacón a pedir en las cafeterías lo que ella le ordena, no lo que él realmente quiere. A pesar de todo lo que sufre, él se esfuerza en complacerla, pero cuanto más le da ella más le pide.
No voy a contar más sobre el argumento, pero hay que decir que se dan unas cuantas situaciones realmente divertidas, como cuando se repiten su entrada en prisión, o la tiene que llevar de nuevo al hotel (“nos conocemos desde hace 3 días y ya hemos pasado 2 noches en un hotel”). La trama se va complicando, porque ella tiene un pasado oculto relativo a su anterior pareja y cuando están los 2 juntos, además de humillarlo y golpearlo constantemente (amenazándolo constantemente con la frase: “¿Quieres morir?” cada vez que él duda), les ocurren cosas de lo más inverosímil.
La película se puede incluir en el género de lo que los americanos llaman comedia romántica, pero con la salvedad de que la película es de nacionalidad coreana, y está realizada a la forma de las locas comedias coreanas, tan exageradas en algunos aspectos. Los personajes a veces se pasan de tontos (parece que les falta un hervor), gesticulan muchísimo y gritan a la menor oportunidad, se mezclan por momentos la típica cordialidad oriental con la crueldad que también les caracteriza. Es una comedia que tiene algunos toques absurdos o cuanto menos extraños, pero es que es la típica forma de actuar coreana, como hemos podido ver, por ejemplo, en The Host.
La película es del 2001 y debe ser porque estaba cerca el mundial jugado allí en 2002, donde precisamente fueron los coreanos los que nos echaron, que la película está dividida como un partido de fútbol en dos tiempos y una prórroga.
Como comedia romántica, también tiene sus puntos tiernos, sobre todo cuando se encuentran y ella tiene una cita a ciegas, que él le dice unas cuantas cosas que la hacen pensar y luego mientras ella va al baño le cuenta a él las “reglas” que hay que cumplir para estar con una chica así y luego ella le intenta buscar desesperadamente.
No cabe duda que los americanos han visto el filón en ella, una de las comedias románticas con más éxito de los últimos años en Asia, y escenas como esta última descrita seguro que tienen maestría en hacerlas, pero ese toque loco y despiadado que le da la chica y el aspecto sumiso y obediente del chico veo más difícil que lo igualen. Ya han rodado la nueva versión (con director francés, Yann Samuell), que está previsto que se estrene este mismo año. La protagonista es Elisha Cuthbert, a la que no veo yo en estas situaciones, sobre todo tras ver hace poco Captivity o recordando la comedia La Chica de al lado aunque espero que nos llegue a sorprender. Después de hacer visto la peli original, suele suceder que las nuevas versiones hagan perder encanto a la historia y gustar menos.
Entre los dos protagonistas hay eso que tanto se busca entre las parejas en las películas: química. Sea él haciendo el tonto o recibiendo golpes o ella poniendo cara de buena mientras le pide o hace las cosas más crueles, te transmite emoción y te lo crees. Eso será lo más difícil en la nueva versión que han hecho, que la pareja protagonista, que es la que lleva el peso de toda la historia, consigan transmitir al otro lado de la pantalla sus sentimientos, que los espectadores se lo crean.
Por parte del guión no hay excesivo problema, porque se aleja de los típicos tópicos del género, no cae en la banalidad y tiene una frescura y originalidad que estamos viendo en los últimos años mucho más procedente del cine oriental que del norteamericano.
Hacia la parte final de la película hay un momento en que el protagonista dice que es cuando empezó a escribir en internet las historias que le ocurrían con su chica, en una especie de homenaje a ella, que quería ser guionista y que siempre escribía locas historias (que incluso hacían vomitar a los productores). Realmente es así como ocurrió. Se supone que la película está basada en una serie de historias, también supuestamente verdaderas, que el joven publicaba en internet.
Son graciosas las escenas en las que él se ve obligado a leer (¿Quieres morir?) los guiones que ella le escribe, siempre protagonizados por una heroína venida del futuro, y donde se ve lo que sucede en la historia.
Hay otra frase que también me ha hecho mucha gracia. Es al principio, cuando el chico cuenta su infancia y que sus padres querían una niña, y lo había vestido y educado como tal hasta los 7 años: “Pensé que mi pene se haría pequeño hasta desaparecer, pero sucedió todo lo contrario”.
Como curiosidad, en la película tiene importancia en alguna escena y suena de fondo el canon de Pachelbel, que el chico dice que es su favorita y recientemente también sonaba esta misma música en el (inconcluso) final de la serie Jericho.
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