Mr Bates contra Correos (James Strong)

Mr Bates contra Correos o contra el Sistema.

Hace dos décadas algunos directores de oficinas de Correos británicas vieron cómo cerraban sus oficinas, pues según el programa informático que manejaban, Horizon, había descubiertos injustificados. Dinero que era su responsabilidad y que debían reponer. Cantidades elevadas de muchos miles de libras. Uno de los damnificados es Bates.

Además Correos los declara culpables sin pruebas. Muchos de ellos para evitar la cárcel se declaran culpables de malversación, constando en su expediente como delitos penales. Las oficinas de Correos que desempeñan un papel crucial en muchas ciudades, como eje comunitario, ven como sus responsables son encarcelados o declarados culpables. ¿Cómo van a pensar sus vecinos que no lo son? ¿Cómo van a arrostrar los injustamente declarados culpables tamaña ignominia?

Alan Bates (magnífico Toby Jones) descubre que lo que le ha sucedido a él le ha pasado a otro directores de oficina y poco a poco reúne a otras víctimas. Al final crean una plataforma de 555 víctimas de Correos. La serie de James Strong, con guion de Gwyneth Hughes, en cuatro episodios de 45 minutos, va mostrando esta travesía por el desierto de Alan y de otros muchos que ven cómo sus vidas son arruinadas. Algunos incluso no son capaces de soportar la situación y se suicidan.

Alan cuenta con la ayuda de un parlamentario, de un auditor y una contable y poco a poco van plantando cara a Correos. En el juicio, un exempleado de Fujitsu declara que en tiempo real podían acceder a los terminales de los directores e intervenir en sus ordenadores, modificando, por ejemplo, los descubiertos, algo que Correos siempre había negado, afirmando una y otra vez que Horizon, era un sistema informático robusto y seguro.

Lo que resulta es evidente es lo fácil que es arruinar la vida de una persona honesta, y lo difícil, por no decir imposible que es luego una reparación. En el caso de Correos, tal y como se lee en los titulo de crédito finales, ninguno de sus altos cargos ni gerentes fue a la cárcel ni fue imputado por nada de lo que pasó. Es decir, se fueron todos ellos de rositas.

La pregunta sería qué interés había, y por parte de quién, en arruinar las vidas de tantas personas. Si como vemos en la serie esos descubiertos, que no eran tales, y las cantidades que debían reponer injustamente fueron a una cuenta fantasma para luego ir a formar parte de la cuenta de beneficios. ¿Quién ordeno todo esto? ¿Quién autorizó acceder a los terminales de los directores? Son preguntas sin respuesta.

Lo único claro, tal como se afirma en la sentencia es que Correos actuó mal, que no colaboró con la justicia, que mintieron, que dilataron el proceso judicial todo lo posible, y al final la indemnización recibida, descontados los elevados gastos procesales: 20000 libras por damnificado, resulta una victoria pírrica.

Para más inri nadie les pidió perdón por haberles arruinado sus vidas, por haberlos declarado culpables sin pruebas, por haberlos conducido al suicidio, a las crisis nerviosa, a la ansiedad.

Por eso la espléndida serie, amén de resultar tan tremendamente humana (la serie incide en lo humano más que en los aspectos informáticos de Horizon o burocráticos) es también tan terrorífica, porque Correos, el Poder, el Estado, no tienen cara.

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