La necesidad de cortar por lo sano, poner tierra de por medio, ser la dueña del tiempo y el espacio es lo que necesita la joven Nora. Cuando su abuelo enfermo muere, esa dependencia a la que se ve sometida se ve abolida. Inicia entonces su particular road trip norteño. Viaje iniciático, exterior e interior, porque todo buen viaje es un viaje hacia dentro. Nora pelea por lograr un trabajo como reportera de viajes que queda en agua de borrajas, y toca por tanto reciclarse.
Con un Dyane 400 emprende un viaje por la costa norte, por Hendaya hasta Francia. Su periplo es sencillo, corona cumbres andando, practica padle surf, acaricia el morro de los burros que encuentra detrás de una valle, hace compañÃa a una mujer que vive sola en un caserón, conoce a un chico con el que pasa una noche estupenda, y todo este tiempo que se concede, en el que deja de ser el grupo telonero para asumir el de cabeza de cartel, le hace ir mudando, tomando conciencia de qué es lo que quiere hacer. En su padre encuentra comprensión, en la madre con la choca a menuda, la actitud de considerar el arte un pasatiempo, un hobby, algo que no es serio y no da de comer. Paparruchas. Nora debe afirmarse y luchar por lo que sabe entonces que necesita y aventurarse para ser valiente y dar rienda suelta a su pasión creadora, materializada en una bellas ilustraciones. Nora es Ane Pikaza, actriz e ilustradora. El guion, obra de Lara Izagirre, asimismo directora de la pelÃcula, despliega mucha sensiblidad (¿hay algo que nos afloje tanto los lagrimales como un tango?), sin recurrir a efectismos ni sensiblerÃas. Todo lo que vemos resulta próximo, cercano, comprensible, humano.
Una pelÃcula espléndida.
Disponible en HBO.