Ola de crÃmenes es una comedia negra de Gracia Querejeta del año 2018 rodada en Bilbao, que reúne a un buen puñado de buenos actores y actrices tales como Antonio Resines, Raúl Arévalo, Luis tosar, Juana Acosta, Maribel Verdú o Javier Cámara.
La pelÃcula arranca con el crimen de un hombre a manos de su hijo, que le dará la estocada con unas tijeras.
La historia se nos refiere como un largo flashback, en el que la madre del chiquillo acude a confesarse a una iglesia, ante un cura atónito interpretado por Javier Cámara.
El tono de la pelÃcula es gamberro, cómico, y hay muchas situaciones que no tienen ni pizca de gracia y en las que los actores parecen sentirse un tanto desubicados. El guión no juega a su favor, porque mantiene elementos que no casan, como cuando quiere plantear cierta problemática social con el papel de Resines que da vida a un inspector a punto de jubilarse, con cargas familiares, que acepta un soborno tan ricamente, como está luego dispuesto a quitarse del medio con igual facilidad. Raúl Arévalo en la piel del taxista alimenta unas secuencias que no tienen ningún sentido, a las que podemos añadir por ejemplo el tiroteo en una lonja. Se van sumando secuencias sin orden ni concierto, en una ordalÃa de sexo, violencia y sinrazón.
Todo resulta desmedido, más delirante que hilarante y escasamente creÃble (dentro del contexto de suspensión de la incredulidad de se nos exige), máxime cuando vemos en escena a Juana Acosta o a Paula EchevarrÃa. A la pelÃcula le falta consistencia, pues es un continuo ir sumando altibajos hasta la traca final.