Dirección Robert Schwentke
Intérpretes Jodie Foster (Kyle)
Peter Sarsgaard (Carson)
Sean Bean (Capitán Rich)
Kate Beahan (Stephanie)
Michael Irby (Obaid)
Guión Peter A. Dowling Billy Ray
Fotografía Florian Ballhaus
Música James Horner
Montaje Thom Noble
Año 2005
Nacionalidad USA
Me llevé una grata sorpresa al ver a Jodie Foster en una película de suspense (en la Habitación del miedo me gustó), pero lo cierto es que una actriz cuando es buena, debe ser capaz de salir airosa en cualquier género. En esta ocasión Foster, pone unos caras que transmite muy pausiblemente la angustia que siente, con grandes dosis de realismo y credibilidad.
La historia va de que Kyke (Jodie Foster) aún con su difunto marido calentito, va a hacer un viaje desde Alemania en donde reside, a Nueva York, acompañada de su apamplada hija. El viaje lo harán en un avión gigantesco de más de cuatrocientos ocupantes, con dos plantas y el féretro de su marido viajará támbién en el avión. Ella es Ingeniera de propulsión y por su trabajo conoce muy bien todos los rincones de este mastodonte con alas. Al poco de despegar el vuelo su hija Julia desaparece, y Kyle la busca desesperadamente por el avión. Entran en acción unas azafatas bastante vinagres, un comandante Rich (Sean Bean) con poca iniciativa, y el agente de la ley Gene(Peter Sarsgaard, visto en Jarhead) pelín atorrijado al cual parece que le supone un esfuerzo tremendo mantener los ojos abiertos. Kyle con la muerte del marido se medica, y le dan a entender que ella está haciendo el viaje sola y que no hay rastro de su hija por ningún sitio, además nadie la ha visto subir al avión, y hasta aquí puedo leer, para no spoilear (destripar), la película.
Foster borda el papel de esa madre que mueve el cielo y la tierra para buscar a su pequeña, que pone el avión patas arribas, que abofetea pasajeros, que corre como el alma que lleva el diablo, por las tripas del avión.
El guión cuenta con algún golpe de efecto que le viene bien a la historia, para no hacerla demasiado previsible. Lo que no me ha gustado para nada es el final, pues la madeja argumental se resuelve demasiado rápido y en su tramo final la trama cojea, además el final exuda el tufillo típico de las americanadas con gente aplaudiendo agitando la banderita americana.
Sin recurrir a la parafernalia pirotécnica tan en boga en las producciones como esta, lo que predomina es la acción física, real, tangible, ese miedo, esa angustia, terror y pánico que Foster es capaz de exteriorizar, y es precisamente es ese aspecto lo que hace que esta película resulta interesante.
Plan de vuelo desaparecida IMDB | Página oficial | Otra crítica en cuak por Jorge F
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