Dirección: Jim Sonzero.
País: USA.
Año: 2006.
Duración: 90 min.
Género: Thriller sobrenatural, terror.
Interpretación: Kristen Bell (Mattie), Ian Somerhalder (Dexter), Jonathan Tucker (Josh), Christina Milian (Isabell Fuentes), Rick Gonzalez (Stone), Samm Levine (Tim Steinberg), Ron Rifkin (Dr. Waterson), Kel O’Neill (Douglas).
Guión: Wes Craven y Ray Wright; basado en la película «Kairo» (2001) de Kiyoshi Kurosawa.
Producción: Anant Singh, Brian Cox, Michael Leahy y Joel Soisson.
Música: Elia Cmiral.
Fotografía: Mark Plummer.
Montaje: Bob Mori, Robert K. Lambert y Kirk Morri.
Diseño de producción: Gary Matteson.
Vestuario: Irene Bilo.
Pulse es otro remake de un título asiático, como ya antes lo fueron, La señal o Dark Water. Ahora la toca el turno a Kairo.
Sin haber visto la original, esta producción americana resulta aburrida y deslavazada, un refrito que produce somnolencia y ardor de estómago. Si en libro Cell de Stephen King todos aquellos que reciben sms en sus teléfonos móviles se transforman en zombies, en Pulse es el ordenador el objeto de todos los males que se suceden.
A través de la conexión internet, merced a la banda ancha de sus equipos unos jóvenes entran en contacto con el más allá, con los fantasmas en concreto, los cuales son capaces de manifestarse y matar a los humanos, no de manera directa, sino que tras mirarles a los ojos, a los humanos, les entra una manía obsesiva por quitarse la vida y suicidarse, en un pandemia que se extiende por la ciudad como un reguero de pólvora, creando un escenario apocalíptico que la falta de presupuesto lo hace más presunto que explícito.
Al comienzo vemos como un joven, se convierte en la primera víctima, tras ser atacado por un fantasma en un archivo. Luego ante la presencia de su novia, que va a visitarlo, pues no coge sus llamadas y está muy raro, decide quitarse la vida, ahorcándose con un cable de red. Del grupo de jóvenes protagonistas todos ellos corren la misma suerte. La manera que tienen de ahuyentar a los letales fantasmas es forrando de rojo las paredes, las ventanas, los huecos de las puertas, cualquier resquicio, a fin de evitar la entrada de esos entes fantasmagóricos.
Otro joven, el cual compra, el ordenador del primer joven muerto, ve al conectar el ordenador videos de jóvenes que se quitan la vida delante de una cámara, y junto con la novia del difunto emprenden una aventura que les llevará a verse las caritas con los fantasmas. El difunto había generado un virus que puede ser la única posibilidad de hacer que las cosas vuelvan a la normalidad y los fantasmas regresen al lugar del que nunca debieron salir, que no tengo ni idea de cual es.
La película no exige mayor compromiso a los intérpretes que soltar cuatro frases, en diálogos burdos y prescindibles y poner cara de susto ante su inminente muerte.
La sensual cantante y actriz Christina Milian tiene un papelito. Ian Somerhalder, de la serie Perdidos es otro de los protagonistas. Si hemos de destacar algo sería a la chica protagonista, Kristen Bell, que no lo hace mal. La historia renquea desde el comienzo, y el director trata mediante planos oscurantistas y azulados, ráfagas de flashazos, tomas estratosféricas, e imágenes que rayan lo subliminal, crear un ambiente asfixiante que nos haga temblar de miedo, con el pánico convulsionando nuestros cuerpos. Nada de esto se consigue. Pulse suena a «déjà vú»
Otro refrito más de situaciones vistas miles de veces, a las que Jim Sonzero su director no aporta nada novedoso. Por tanto a no ser algún efecto especial bien hecho poco o nada tiene Pulse en su haber para recomendar su visionado.