Samaritan Girl (Samaria, 2004)

Dirección y guión: Kim Ki-duk.

Reparto: Kwak Ji-min (Yeo-jin), Seo Min-jeong (Jae-young), Lee Uhl (Yeong-gi), Kwon Hyun-myn (Dependiente), Oh Young (Músico), Im Gyun-ho (Chico ordenado), Lee Jong-gil (Chico feliz), Shin Taek-ki (Suicida), Park Jung-gi (Víctima asesinato), Kim Gul-seon (Segundo dependiente), Jung In-gi (Ki-su).

Corea del Sur, 2004

El cineasta coreano Kim Ki-duk realizó 2 películas en el año 2004 que tuvieron el increíble mérito de reportarle los (merecidos) premios al mejor director en los festivales de Berlín y Venecia en el mismo año, algo al alcance de muy pocos. Aunque ya era conocido y contaba con un buen número de incondicionales, eso le consagró como uno de los mejores directores del recién estrenado siglo XXI. Una de estas películas era Hierro 3, muy visual, donde los protagonistas saliendo en todos los planos no decían ni una palabra (bueno, ella 2, para poner la guinda al anigmático final), original al mismo tiempo que muy poética. La otra es Samaritan Girl, la película que ahora nos ocupa.

Algo más clásica en cuanto a la temática, pues trata del oficio más viejo del mundo, tema recurrente en la filmografía de Kim Ki-duk, Samaritan Girl sigue siendo una película de las que sorprende. Contada con sencillez y con un realismo que llega a atrapar, se nos cuenta la historia de 2 jóvenes que se inician en el mundo de la prostitución por cuenta propia y mucha candidez, y como esto les va llevando a un trágico final, momento en el cual se produce un giro en cuanto al tratamiento de la historia, muy acorde con la visión oriental de la prostitución como algo mucho más honorable que lo pensamos en la vieja Europa.

Samaritan Girl sigue poniendo a la vista del espectador escenas violentas, no tan físicas como en La Isla, sino más espirituales. Pienso en el brutal a la que vez que en cierta medida infaltil encuentro en el salón familiar del padre de la chica y uno de sus clientes, por ejemplo.

Sorprende oír al director decir que la rodó en sólo 10 días y que el final se cambió en el último momento para dar un poco más de esperanza y no resultar tan dura la película. Lo cierto es que no sé cual era ese final, pero viendo como se desarrolla la última parte, uno puede hacerse una idea de algún posible desarrollo paralelo de la historia.

Que los padres no se alarmen, no todas las chicas se dedican a hacer lo mismo que las protagonistas a través de internet, aunque por si acaso no está de más un poco de control porque casos similares cada vez proliferan más y ojo, porque los seguiremos viendo.

No es de extrañar que las nuevas tecnología se aúnen con los antiguos oficios, y la prostitución dicen que es el más viejo. Aquí es uno de los vehículos que utiliza el director para contar la historia. Pero lo que prevalece sobre todo es la amistad entre las dos protagonistas, que están dispuestas a hacer lo que sea para poder conseguir dinero y huir juntas.

Pero las malas ideas están destinadas a tener malos finales y es lo que sucede en este caso, por partida doble, porque tras fallecer una de las chicas la otra intenta desandar el camino de manera también equivocada, intentado redimir la culpa por la muerte de su amiga y todo vuelve a seguir de nuevo unos derroteros inapropiados cuando el padre de la chica se entera de lo que está haciendo y poco a poco va perdiendo la cabeza.

Para los occidentales es más difícil entender algunas de las ideas orientales, como el anteponer el honor a todo y lo que significa perderlo. La historia puede no ser muy original, pero la manera reposada y fluida como está contada hace que sea agradable, a pesar de que pueda parecer dura.

Muy recomendable el estilo de cine de este director y del cine asiático reciente en general y el Coreano en particular, pues otros directores como Park Chan-Wook con su Old Boy también nos han dado grandes momentos de cine.

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