TÃtulo original: Sarah joue un loup garou
Año: 2017
Duración: 86 min.
PaÃs: Suiza
Dirección: Katharina Wyss
Guion: Katharina Wyss, Josa David Sesink
Música: Conrad Oleak
FotografÃa: Armin Dierolf
Reparto: Loane Balthasar, Michel Voïta, Annina Walt, Sabine Timoteo, Manuela Biedermann
La adolescencia presenta elementos comunes que se aprecian tanto en esta pelÃcula de Katharyna Wiss como en la última que he visto, Blue muy Mind. Ambas vistas en el Atlántida Film Fest.
Independientemente de la clase social de los jóvenes, de su grupo de amigos, de su lugar de residencia, parece que en esa adolescencia, en ese adolecer, las carencias son muchas, e importa poco que la joven esté inserta en una familia acomodada, en un entorno acogedor, con su padre, su madre, y su hermana pequeña, porque algo borbotea en el interior de la joven protagonista (muy bien interpretada por Loane Balthasar, de 19 años, la cual estuvo dando la vuelta al mundo viajando con su familia durante cuatro años y cuya experiencia han registrado aquÃ: http://www.sixenroute.com/) que reivindica su derecho a estar sola.
En su proceder violento se enzarza con su madre y al expulsarla a gritos de su cuarto, le pilla los dedos con la puerta. Hay una tensión no resuelta, una turbamulta de sentimientos de amor y odio hacia los progenitores, a lo cual tampoco ayuda los sentimientos que el padre muestra hacia la hija, un sentimiento inflamado de deseo. La joven estudia para actriz, y sobre el escenario se muestra un episodio de violencia en el que la pregunta es si aquello es crÃtica de algo, si hay que mostrar las cosas para poder hablar y pensar sobre ellas.
La desazón de la joven, su novio imaginario, su furia ciega, su necesidad de estar sola cristaliza en el deseo de suicidarse. La conversación que mantiene con su padre horripila. Si quieres hacerlo, hazlo, pero no lo hagas aquÃ, no lo hagas en casa, no nos hagas encontrarte asÃ. En una situación similar qué hacer. Parece que obligar a un joven a no hacer algo es una acicate para aumentar las ganas de hacer cualquier casa, suicidarse también, si embargo, sumarse al deseo de la hija adolescente para que lleve a cabo su plan, es perderla.
En el haber la capacidad que tiene la pelÃcula para inquietar y desasosegar, al tiempo que abre puertas a la reflexión, a la toma de conciencia de un problema, el suicidio en la adolescencia, que se orilla siempre, por lo tanto la cineasta creo que va por el buen camino, en idea de rasgar la membrana de la realidad para ver lo que ésta esconde.
Es cierto que el suicidio en la adolescencia es algo que se oculta, cuando es una realidad sangrante. Al ver la pelÃcula me hago muchas preguntas y la actitud del padre me da mucho que pensar. La recomiendo, sin duda.