Dirección Tsui Hark
Intérpretes Donnie Yen (Chu Zhaonan)
Leon Lai (Yang Yunchong)
Charlie Young (Wu Yuanyin)
Sun Honglei (Viento de Fuego)
Lu Yi (Han Zhibang)
Guión Tsui Hark
Cheung Chi-sing
Chun Tin Nam
Fotografía Keung Kwok-man
Música Kenji Kawai
Montaje Angie Lam
Año 2005
Nacionalidad Corea del Sur-Hong Kong-China
Si el cine porno, es una sucesión de escenas inconexas en la que hombres y mujeres, aprendices de actores, se vacían en todas y cada una de las escenas que acometen, el cine de artes marciales, o su variante Wuxia, viene a ser lo mismo, sólo que éstos, van vestidos y empuñan espadas u otras armas capaces de trinchar un cerdo en un abrir y cerrar de ojos.
Poco importa en este caso la historia, que es tan simple como que al prohibirse las artes marciales bajo pena de muerte, siempre hay alguien que resiste al invasor o al agresor. En este caso El Maestro de Sombra resplandeciente, junto con cuatro de sus hombres, expertos manejadores de sus prodigiosas espadas, deciden ayudar a la población de una pequeña aldea, que corre el peligro de ser borrada del mapa, como otras muchas, por Viento de Fuego y sus malvados soldados.
Las dos horas y media que dura la película es un continuo chorreo de bellas coreografías, con las que disfrutar de bellas pirivueltas circenses, a cargo de los espadachines. Incluso hay tiempo para el amor, con un hombre deseado por dos mujeres (tratado de forma superficial y con nulo desarrollo) y bellos paisajes, de inalcanzables montañas nevadas y campos floridos de gran belleza cromatística. El problema de estas grandes superproducciones es que de tanto meter la tijera al final dejan la película con dos horas y media, cuando quizá la película para ser más redonda precisaría una mayor duración (si es que la película poseía algún valor trascendente y conseguía con un mayor desarrollo cuajar esa aureola épica que se presume en el comienzo), y se consigue el resultado inverso (como ocurría con Gangs of Nueva York), pues uno se queda con la sensación de que sobra mucho metraje, cuando queda patente que la película es un sumatorio de escenas de lucha, la mayoría inverosímiles y poco más.
De la interpretación de los protagonistas tampoco se puede decir nada favorable, pues prima la correción, en todo caso, pues los actores, están más atentos de cubrirse las espaldas, merced a una excelente forma física, que de otros menesteres. Lo que queda es otra película más, de gran belleza visual, parecida a La casa de las dagas voladoras, pero con pocas virtudes para ser perdurable, pues abunda en un género muy trillado al que nada nuevo aporta. El creador de esta obra, es Tsui Hark , el cual se ha dado el gustazo de dirigir dos películas del desvencijado Jean-Claude Van-Danme
Siete Espadas IMDB | Página oficial
Me lo he pasado pipa con esta historia. Me he divertido mucho, y las escenas de lucha están muy bien.¿5,5?. Poca nota para una muy buena película de acción.