Dirección: Mimi Leder.
País: USA. Año: 2008.
Género: Thriller.
Interpretación: Morgan Freeman (Ripley), Antonio Banderas (Gabriel), Radha Mitchell (Alex), Robert Forster, Rade Serbedzija, Marcel Iures.
Guión: Ted Humphrey.
Producción: Lori McCready, Danny Lerner, Randall Emmett y Les Weldon.
Música: Atli Örvasson.
Fotografía: Julio Macat.
Montaje: Martin Nicholson.
Diseño de producción: Nelson Coates.
Vestuario: Ane Crabtree.
The code ni se ha estrenado en España, ni creo que se estrene, pues es esa clase de películas que más que verse se sufren.
Si finalmente se estrenara tendrá algo de repercusión mediática pues trabajan en ella actores populares com Morgan Freeman, Antonio Banderas o Radha Mitchell, lo cual sorprende, porque el guión es patético.
Banderas parece haberle cogido el gusto a la profesión de ladrón, así tras la horrible Mi novio es un ladrón, vuelve a la carga de nuevo, haciendo de un ratero, en dos papeles que parecen calcos, pues en ambos Banderas despliega todas sus artes de seducción para enamorar a las mujeres de la pantalla, lo cual claro está logra y ambas tienen un tono de comedia donde parece que no quieren que nos tomemos en serio lo que vemos.
The code, no sé si quiere ser un drama, una comedia, una de robos, o qué, porque todo queda en una pretensión, un anhelo, dado que como película de robos a bancos o similares las hemos visto muchísimo mejores, en cuanto al drama es inexistente por mucho que el padre de Alexandra haya muerto.. y en cuanto a amor, que el prota se camele a la chica con un par de caídas de ojos y dos polvos es de chiste, finalmente en cuanto a la acción, algo hay, pero está rodada con tan poca gracia que cualquier telefilme de sobremesa un domingo tiene más aliciente.
La historia va de un ladrón casi octogenario, un tal Ripley que planea dar un golpe. Traba amistad con Gabriel, el cual es un actor metido a caco, al que conoce cuando este está dando un palo en un metro. En medio aparece Alexandra, la protegida de Ripley después de que el padre de la chica muriera. A la chica la raptan y si quieren verla de nuevo el pelo, y Gabriel acabar de nuevo en el catre dando palmas con su amorcito, han de hacer un trabajito. Así que ambos se ponen manos a la obra y su misión es entrar en un edificio a coger un par de huevos Fabergé, valorados en 20 millones de dólares, que luego entregarán al capo ruso que retiene a la chica. Todo ello a realizar con asombrosa parsimonia, empleando tecnología punta, pero con la impresión de que todo les sale bien de chiripa, aunque eso a decir verdad importe poco.
No hay mucho más. La relación entre Gabriel y Alexandra es sonrojante, con unos diálogos propios de un guionista que no sabía como emborronar unos folios y escribió lo que le vino en mente, sin orden ni concierto alguno.
Banderas se muestra todo guapo y flamenco, pone caritas y despliega todo el repertorio de muecas: lo propio de él.
Freeman pone el rostro pétreo y semblante serio, y eso debe ser algo parecido a actúar.
Radha muestra su cuerpo y lencería fina propia de un conejito de Playboy, la cual sigue igual de apetecible que cuando hizo High Art en 1998.
La banda sonora no tiene desperdicio. Cada vez que Banderas y Alexandra se acuestan suenan ritmos flamencos y guitarras españolas.
No podemos olvidar tampoco a esos gangster rusos con los que tratan Gabriel y Ripley, meras caricaturas, así como los policías que tratan de trincar a Ripley, que parecen medio tontos.
Como es de esperar, nada es lo que parece, y no faltará al final el típico resumen para que veamos por qué las cosas se han desarrollado de esta u otra manera.
Todo en The Code es tan malo que paso de seguir hablando de este paquete. Lo dejo aquí.