Este cuento extraordinario dirigido por Laura Alvea y José F. Ortuño se ha llevado un buen número de premios en los festivales por los que ha pasado.
La pelÃcula es rara, singular y claustrofóbica, ya que intervienen seis personajes (la pareja que se enamora, sus respectivas madres, la prota cuando era niño y el hijo de ambos), y transcurre dentro de una cosa, muy bien iluminada.
El rollito de la pelÃcula es tipo Amelie (con la que tampoco comparte mucho más allá de las neuras de una solterona), donde la protagonista es una mujer de cuarenta años que escribe cartas a todo Cristo hasta que un dÃa pulsa la tecla adecuada y al otro lado de la innominada relación epistolar emerge un hombre, igual de raruno que ella. Se escriben mucho, deciden verse, lo pasan bien juntos, viven juntos, se acuestan (para lo que deben ver cómo se hace el amor en un libro), y tienen un hijo y él consigue un trabajo y pasará mucho tiempo fuera de casa, y apenas se ven, y su amor languidece o se deshace y ella no puede crÃar a su hijo sola porque no está capacitada y cuando los Servicios Sociales se llevan al niño, ella descansa y su marido también, porque todo vuelve a la situación previa al embarazo, y esto de no tener ninguna responsabilidad les pone y les excita y les dará ganas de vivir a los dos, y de comer, y de follar, de nuevo, y colorÃn colorete este «extraordinario cuento» se ha acabado.
Un cuento que me ha gustado entre poco y nada.