The Jacket crítica película

Dirección: John Maybury.
Países: USA y Alemania.
Año: 2005.
Duración: 103 min.
Género: Thriller.
Interpretación: Adrien Brody (Jack Starks), Keira Knightley (Jackie Price), Kris Kristofferson (Dr. Becker), Jennifer Jason Leigh (Dra. Lorenson), Daniel Craig (Mackenzie), Kelly Lynch (Jean), Brad Renfro (Desconocido), Laura Marano (Jackie [joven]).
Guión: Massy Tadjedin; basado en un argumento de Tom Bleecker y Marc Rocco.
Producción: Peter Guber, George Clooney y Steven Soderbergh.
Música: Brian Eno.
Fotografía: Peter Deming.
Montaje: Emma Hickox.
Diseño de producción: Alan MacDonald.
Vestuario: Doug Hall.

The Jacket merecía unos mejores resultados que los cosechados en taquilla, ya que pasó por la cartelera, fugazmente, sin pena ni gloria.
La película está trufada de «flash-backs» y «flash-forwards» con los que la acción va del pasado al futuro, de modo coherente, dentro de la lógica que hay que presuponer en una película del género fantástico.

En el haber del film es obligado situar a un magnético Adrien Brody que sostiene él solito la película. Sus gestos de angustia y pánico transmiten el sufrimiento de su personaje a la perfección lo cual contribuye a captar nuestro interés e implicarnos en los desvelos y tormentos que le suceden.

A su paso por la Guerra del Golfo, que se muestra de soslayo, Jack Starks recibe un balazo en la cabeza, al que sobrevive, si bien le deja secuelas: pierda memoria, y no es capaz de recordar sus actos. De este modo le acusan del homicidio de un policía y lo envían no a la cárcel, sino a un centro psiquiátrico.

Como es habitual en estos centros (a tenor de lo que sucede en las películas) más que pretender sanar al enfermo, el empeño del personal médico pasa por atiborrar a los enajenados de pastillas, así el que está ido, ni sufre ni padece y el que está medio cuerdo acaba atontado mirando a una pared con cara de besugo, fruto de la generosa medicación.

El médico del centro, tiene un método con el que trata de sanar a Jack Starks que consiste en meterlo en un lugar de proporciones similares al destinado a los fiambres en los depósitos de cadáveres, atado con una camisa de fuerza y dejarlo allí macerar unas horas. Dentro de ese espacio Jack Starks tiene flashazos y curiosamente empieza a recordar hechos que tenía olvidados, entre ellos el asesinato del policía que no cometió pero que le envió al psiquiátrico, y no solo eso, sino que también es capaz de verse proyectado en el futuro, en el año 2007 (la historia acaece en 1992). En uno de esos flashazos se entera de que morirá a los cuatro días, a finales de diciembre del 92 y junto a una chica Jackie Price (Keira Knightley) a la que ayudó cuando era niña, se afana en cambiar su fatal destino.

Son esas idas y venidas en el tiempo y una aplicada narración, las que permiten avanzar la trama sin altibajos, conjugando hábilmente los planos temporales, sin que chirríe ni se resienta la historia, que ahonda en la pertinaz lucha de Jack por sobrevivir y acolchar su “presente-futuro” con un penacho de felicidad al lado de Jackie, porque The Jacket, desnuda de su halo fantasioso, es en esencia una bonita historia de amor (acicate que mantiene vivo al solitario protagonista).

“The Jacket” es evidente que no sorprende por su originalidad pues el planteamiento bebe de muchas fuentes argumentales ya expoliadas por el uso, pero su director, John Maybury sin desdeñar los clichés a los que el género obliga, maneja sólidamente una historia que no requiere de efectos especiales, pantallas azules, ni golpes de efecto postreros, para angustiarnos y hacernos pasar unos cuantos “malos ratos”, que es lo espera uno de una película de estas características.

“The Jacket” atesora virtudes suficientes para reivindicarla como una de las apuestas más interesantes del difunto 2006. Por último, es de agradecer que hayan respetado el título original y nos hayamos ahorrado por tanto alguna traducción tipo: La camisa infernal, Futuro letal, Enajenación final o Regreso al futuro demencial.

La película se titula The Jacket y los protagonistas se llaman Jack y Jackie. Raro, raro, raro