Dirección: Michael Bay.
Reparto: Shia LaBeouf (Sam Witwicky), Tyrese Gibson (sargento Epps), Josh Duhamel (capitán Lennox), Anthony Anderson (Glen Whitmann), Rachael Taylor (Maggie Madsen), Megan Fox (Mikaela Banes), John Turturro (agente Simmons), Guión: Roberto Orci y Alex Kurtzman; a partir de una historia de Roberto Orci, Alex Kurtzman y John Rogers; basada en los muñecos Transformers de Hasbro.
Producción: Don Murphy, Tom DeSanto, Lorenzo di Bonaventura e Ian Bryce.
Producción ejecutiva: Steven Spielberg, Michael Bay, Brian Goldner y Mark Vahradian.
Música: Steve Jablonsky Fotografía: Mitchell Amundsen.
Montaje: Glen Scantlebury y Paul Rubell.
Diseño de producción: Jeff Mann.
Vestuario: Deborah L. Scott.
USA 2007
A esta espectacular producción del fallero Michael Bay, con magníficos efectos especiales le sobran tres cuartos de hora. Sus dos horas largas de duración van en detrimento del efecto deseado, que entiendo no es otro que dejar sin aliento al espectador, que pegado a la pantalla del cine o del televisor jadeará de placer antes esos robots majestuosos que harán las delicias del espectador, orquestado con el ruido de las explosiones y el rechinar de hierros.
Su primera hora alterna la acción adrenalínica con un sentido del humor que logra arrancar unas cuantas risas sin apenas esfuerzo. La historia va de lo siguiente. Un joven, Sam tuvo un abuelo explorador que en el Polo Norte se topó con Megatrón, el cual estaba hibernando hasta que el explorador activó su sistema de rastreo. Ahora los robots están enzarzados en una guerra, en busca de la chispa vital, que permitirá que el planeta no se vaya a freír churros, porque los humanos no tienen que pagar los errores de los robot. El nieto del aventurero vive con sus padres y tras comprar un vehículo comprueba que este tiene vida propia. No es otra cosa que un robot, de los buenos, que vela por su integridad física. Al mocete le acompaña, Mikaela, la jamona del instituto, una joven voluptuosa, de ojos azules oceánicos y más curvas que la subida al castillo de Clavijo, que atiende al nombre de Megan Fox, que para muchos es la bomba erótica de 2007. Por casualidades de la vida, la joven aparca a su noviete mazas y descubre un mundo de sensaciones al lado del otro joven menos llamativo, nada guapo, sin brazos descomunales, ni abdominales darekianos perfectamente definidos.
En esa pareja de jóvenes recaerá el peso de salvar el mundo, en medio de la guerra que libran los robots. Algunas escenas se alargan innecesariamente como la que sucede cuando el joven tiene que ir a su casa a recuperar las gafas de su abuelo cuyas lentes han registrado las coordenadas de la chispa vital. Ahí el ritmo se resiente. A mí lo que me apetecía ver era un torrente de acción incotrolable, con muchas explosiones, misiles destrozándolo todo, en una exaltación de violencia y despiporre pirotécnico sin igual, que te llevara al borde la locura visual.
La acción no se desborda, sino que se dosifica, y esos lapsos donde los protagonistas hablan o pasan el rato resultan aburridos.
Los efectos especiales son una maravilla. Hemos visto otras muchas películas rodadas frente a una pantalla azul, pero en este caso siguiendo el mismo proceso, los seres humanos se integran de tal modo con los robots, que parece ser una única dimensión, real, en la que conviven ambos.
La ví en DVD y creo que esto hace que pierda muchos enteros en relación a verla en la pantalla de un cine con el sonido a todo volumen, mientras el triscar de las palomitas sonoriza el ambiente.
No soy tan entusiasta como el comentario sobre la peli que hizo McGuffin que salió del cine encantado, como un adolescente que acaba de batir el record en un videojuego.
Transformers es innegable que es una película de acción, entretenida en desigual medida, cuyo protagonista, Shia LaBeouf, que lo da todo, junto a los efectos especiales es lo mejor de la misma.
Es curioso ver al actor John Turturro en una película como esta, pero como dijo Richard Dreyfuss en Poseidon, la pela es la pela.
Una reverenda mierda.
Perdi 1 hora 55 min en verla (porque no la pude terminar del puro asco)
Lo único bueno fue ver a la co-protagonista, una delicia a la vista._