Dirección: Dennis Dugan.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 110 min. Género: Comedia.
Interpretación: Adam Sandler (Chuck Levine), Kevin James (Larry Valentine), Jessica Biel (Alex McDonough), Ving Rhames (Fred Duncan), Steve Buscemi (Clint Fitzer), Dan Aykroyd (capitán Tucker), Gary Valentine (Karl Eisendorf), Jonathan Loughran (Nootzie), Michael Buscemi (Higgy), Nicholas Turturro (Renaldo Pinera), Nick Swardson (Kevin).
Guión: Barry Fanaro, Alexander Payne y Jim Taylor.
Producción: Adam Sandler, Tom Shadyac, Michael Bostick y Jack Giarraputo.
Música: Rupert Gregson-Williams.
Fotografía: Dean Semler.
Me gustan las películas gamberras, esas que destilan mala leche, presentan personajes patéticos, que se ríen de todo y de todos, para quienes no hay límites casi de ningún tipo, haciendo del escapismo un arte, pero esta película no es el caso, haciendo humor de sal gorda y bastante chusquero, donde la inteligencia brilla por su ausencia.
Aquí el tema a tratar, es la homosexualidad. De entrada los protagonistas de la historia, Chuck y Larry no son homosexuales, pero se harán pasar por tales para que .. pueda resolver un problema administrativo con un seguro que tiene, tras la muerte de su mujer, al no haber hecho el papeleo preciso en el tiempo requerido.
Chuck es un auténtico picaflower, un conquistador. Nada hay en su haber, que pueda obrar tales dones, porque ni es guapo, ni tiene un físico espectacular (pese a ser Mister Febrero, en el típico calendario de bomberos), ni está forrado, sino que trabaja de bombero, pero el caso es que a su lado siempre hay mujeres, a quienes apagar el fuego, manguera en mano. No sólo eso, sino que quizá tratándose también de un adicto al sexo, necesita una ayuda extra en forma de muñecas hinchables, revistas, videos y todo aquello que le permita tener las manos ocupadas.
El día que Larry salva la vida de Chuck este promete hacer cualquier cosa por su amigo. Larry desesperado con su situación le propone a Chuck Lo siguiente. Fingirán estar juntos, ser pareja a fin de engañar a los del Ayuntamiento. Para ello no dudarán en irse a Canadá y casarse, montar el paripé pertinente, e incluso vivir en la misma casa, con los dos hijos de Larry compartiendo la misma cama, pero sin tener sexo, que sepamos.
El Ayuntamiento que se las sabe todas, manda a un par de investigadores a husmear, pensando que todo puede tratarse de un ardid. La pareja, para defenderse, requerirá los servicios de una abogada, de aspecto impresionante, a quien le presta su cuerpo la actriz Jessica Biel, a quien Chucky dado el caso manoseará sus senos (pues ésta perjura que son de verdad, sin silicona mediante), con total impunidad dado que esta lo considera como una más de sus amigas, y no como un hombre que en condiciones normales estando a su lado sólo pensaría en “Lo Único”. Biel se muestra sexy como pocas veces la hemos visto en la pantalla, y además de su fantástico pecho nos muestra unas nalgas turgentes, perfectamente torneadas, que me permiten afirmar que prefiero ese trasero al de J.Lo, por mucho que esta alardee del suyo.
La pareja, una vez que su relación se hace pública y notoria, debe afrontar los problemas de todo tipo que conlleva salir del armario. Así, sus compañeros de bomberos, ya no querrán jugar a basket, ni compartir las duchas con ellos, e incluso solicitarán el traslado de la pareja. No todo será negativo en esta nueva etapa, porque contarán a su vez con el apoyo ciudadano, con asociaciones varias, con algún cartero que le va el tema, con dependientes que se les insinúan, e incluso propiciará que un miembro del cuerpo de bomberos salga del armario, sintiéndose así liberado y gozoso.
No sé que opinión le merecerá esta película a los gay, porque no faltan los típicos tópicos de siempre, pero no está mal que en el cine de masas, el tema se aborde con humor, sin criminalizar el asunto, sin buscar nada turbio ni sucio, sino abordándolo como lo que es el amor homosexual, o heterosexual, una relación entre personas, sin que el acto privativo y personal de donde introduzca cada uno su miembro sea determinante en todos lo demás aspectos de la vida. Ahí es donde mejor juega sus cartas la película, donde más juego da, y donde Os declaro marido y marido, nos deja para el recuerdo algún chascarrillo recomentable, como el juego de piernas que se trae el niño cuando otro compañero trata de agredirlo.
Junto a Matrimonio compulsivo y Arma Fatal, completamos nuestra crítica de la Trilogía del humor, acercándoos películas de humor recientes que han conseguido arrancarme algunas carcajadas. Algo de agradecer, y no sólo en tiempos de crisis, como el presente.