Dirección Rob Reiner.
TÃtulo original. The bucket list
PaÃs: USA.
Año: 2007.
Duración: 97 min.
Género: Comedia dramática.
Interpretación: Jack Nicholson (Edward Cole), Morgan Freeman (Carter Chambers), Sean Hayes (Thomas), Rob Morrow (Dr. Hollins), Beverly Todd (Virginia), Alfonso Freeman (Roger Chambers), Rowena King (Angelica).
Guión: Justin Zackham.
Producción: Craig Zadan, Neil Meron, Alan Greisman y Rob Reiner.
Música: Marc Shaiman.
FotografÃa: John Schwartzman.
Montaje: Robert Leighton.
Diseño de producción: Bill Brzeski.
Vestuario: Molly Maginnis
¿A usted le gustarÃa conocer la fecha de su muerte?. Hemos visto pelÃculas, como la maravillosa Mi vida sin mÃ, donde se plantea un problema similar al que toca esta pelÃcula, desarrollado de otro modo. ¿qué hacemos si somos conscientes de que nos quedan pocos meses de vida?. Habrá quien se suicide, el que sólo desee que pasen los meses lo antes posible y acabe pronto o los que querrán aprovechar lo que les queda, sacando el jugo de cada dÃa.
Edward y Carter son septuagenarios que comparten habitación en un hospital. A ambos les dicen que les quedan tres meses de vida, asà que tras conocerse un poco, hacen una lista con esas cosas que les gustarÃa hacer antes de morir. Entre ellas hay actividades como practicar caÃda libre, viajar a Egipto, al Himalaya a la costa azul, ir de safari, ayudar a un desconocido, o besar a la chica más guapa del mundo. La clasifico pues de «world movie» ya que durante semanas este par de abueletes se lo pasan pipa.
Para que la historia resulte atractiva, desvestida de cualquier dramatismo, los carácteres de los dos son totalmente opuestos, si uno, Carter es un erudito, familiar, fiel esposo comprensivo y bonachón, Carter por contra es engreÃdo, gruñón, mujeriego, despótico, y ese conflicto de intereses propiciará las escenas más jugosas. Como además Carter es multimillonario pondrá un jet a su disposición para llevar a buen puerto sus planes.
Se miden las caras actores de la talla de Jack Nicholson y Morgan Freeman, que bordan sus papeles, si bien entra dentro de lo previsible, sin arriesgar nada, lo interesante de la pelÃcula es que se hubieran intercambiado los roles.
Como todo está llevado al extremo mismo, nada hay más extremo y abisal que «el no ser» que es la muerte, los carácteres está agudizados al máximo si bien a medida que estos dos hombres se conocen cada uno va aprendiendo del otro, llegando a intimar de tal manera, como sólo se consigue ante situaciones extremas, como lo puede ser una guerra.
En sus viajes vemos El Taj Mahal, las pirámides de Egipto y El Everest, si bien parecen recreaciones digitales con piedras de corchopan. El marco incomparable es lo de menos, porque el sitio que visitan no obra ningún efecto sobre ellos, sino que es el estar juntos, el compartir su trance vital el que los aproxima y a veces repele, cuando se encorajinan y se cantan las cuarenta.
Además de los viajes, el tema familiar, mujer e hijos, juega un papel relevante y la inminente muerte permitirá a Carter echar la vista atrás y tratar de enmendar sus errores, abundando en la vena dramática-lacrimógena.
Cuando Carter explota, se vuelve maleducado y brinda sus perlas es cuando más me ha gustado, lo demás es un devenir sin demasiado interés donde ya conocemos el final, en esta loa de la amistad, la cual y aunque sea accidentalmente logra hacernos mejores personas, o cuando menos dulcificar ciertos carácteres indómitos. La falta de pretensiones de la propuesta, su poca originalidad y el soslayamiento de las grandes cuestiones o una forma propia de afrontarlas es lo que hace de esta pelÃcula un mero pasatiempo, que no pasará a mayores, y habrá permitido en todo caso a este par de actores pasárselo bien actuando aunque les hayan tenido que afeitar las cabezas, por lo cual entiendo les habrán dado un plus.
Como curiosidad decir que el doctor que aparece, era el mismo actor que hizo la inolvidable serie Doctor en Alaska, el actor Rob Morrow, el de la serie Numbers.