Dirección: Chris Weitz.
Reparto: Nicole Kidman (Marisa Coulter), Dakota Blue Richards (Lyra Belacqua), Sam Elliott (Lee Scoresby), Eva Green (Serafina Pekkala), Daniel Craig (lord Asriel), Tom Courtenay (Farder Coram), Derek Jacobi (emisario magisterial), Simon McBurney (Fra Pavel), Jim Carter (John Faa), Ben Walker (Roger), Clare Higgins (Ma Costa).
Guión: Chris Weitz; basado en el libro «Luces del norte» de Philip Pullman.
Producción: Deborah Forte y Bill Carraro.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Henry Braham.
Montaje: Anne Coates.
Diseño de producción: Dennis Gassner.
Vestuario: Ruth Myers.
USA 2007
Si El Señor de los Anillos o Harry Potter desataron la fiebre actual por la adaptación al cine de series literarias fantásticas, fue Las Crónicas de Narnia la que se adentró definitivamente en un tipo de historias que mezclaban un poco de ambas, por un lado mundos fantásticos con personajes extraños y originales y por otro niños (que en el caso de Potter van creciendo) como protagonistas.
Las Crónicas de Narnia me pareció una excelente película. Este año se estrenará la segunda parte con la española Alicia Borrachero en el reparto, en el que puede ser su gran salto internacional. A esa película han venido detrás otras muchas que la han intentado imitar (bochornosamente Un Puente hacia Terabithia, sin ir más lejos), pero hasta ahora con La Brújula Dorada creo que no habían conseguido una película de ese tipo de temática que estuviera a la altura.
Los productores dijeron que sólo harían la 2ª parte si la primera funcionaba, y los 180 millones de dólares que les ha costado son difíciles de amortizar, así que de momento la cosa está en el aire, porque la recaudación en Estados Unidos ha estado muy por debajo de eso, de hecho menos de la mitad, por ahora.
Siguiendo con la estructura de este tipo de películas la niña de turno en esta ocasión se llama Dakota (¿de qué me suena ese nombre hablando de niñas actrices?) Blue Richards y poco se puede decir de ella, porque es su debut, salvo que tiene una soltura y un deje de rebeldía que de momento pintan muy bien. Además es capaz de cargar con todo el peso de la película sin problemas aparentes, con los 13 años que tiene. Pasó un casting al que se presentaron 10.000 niñas.
Después está el mejor amigo de ella, otro niño llamado Freddie Highmore que aquí pone sólo la voz en la versión original y que pasa por ser uno de los (pen)últimos niños prodigio de Hollywood. A muchos os sonará por película como Charlie y la Fábrica de Chocolate o Descubriendo Nunca Jamás. Sonó incluso como nominado al Oscar, aunque al final no lo consiguió.
Otro elemento básico: las estrellas. Aquí hay unas cuantas. En el papel de fría y maléfica dama está Nicole Kidman, a la que hace tiempo que no veo en un personaje que realmente me sorprenda. También está el James Bond Daniel Craig, en un papel que no tiene muchos minutos y haciendo de bruja (buena, en todos los sentidos) Eva Green.
Seguimos: el personaje enteramente realizado por animación (véase el Gollum de El Señor de los Anillos, Jar Jar Binks de La Guerra de las Galaxias, etc.), que también está presente. En este caso es un enorme oso polar, muy bien hecho, por cierto, que habla y se une a la cuadrilla de amigos de la niña en su afán por salvar el mundo (su mundo).
Pues sí, su mundo, porque esta historia se desarrolla en un universo paralelo, que no es igual al nuestro, pero muy parecido. Hay diferentes seres, como los osos acorazados, pero destacan sobre todo los animales que acompañan a todos los humanos (o lo que sean), que es una especie de materialización de su alma que siempre les acompaña y con los que tienen un potente vínculo.
La niña protagonista se ve metida en una fantástica aventura cuando siguiendo la pista de su amigo desaparecido y de otros niños en la misma situación da con una gran conspiración en que los componentes del llamado “Magisterio” (que se ha asimilado a la Iglesia más inquisitiva, algo más patente en los libros originales) pretenden separar a los niños de sus daimonions (los espirituales animales que les acompañan).
Por supuesto los bandos del bien y del mal se verán enfrentados entre sí, la niña dispone de una brújula dorada con la que descubrir lo que desea saber y el meollo es mucho más profundo, para poder crear una complicada trama de idas y venidas de personajes.
A pesar de lo que decía antes de que estaba en el aire que se hiciera una segunda parte, no se piensen que esta primera película queda cerrada, ni mucho menos. La cosa se queda en el aire (nunca mejor dicho), a la espera de que la épica historia continúe, y sino nos quedaremos con las ganas o nos tendremos que leer las novelas.
He de decir que técnicamente me ha parecido impecable, los animales generados por ordenador tienen bastante realismo (casi todos), buenos movimientos y se integran muy bien con el resto de actores y elementos. La historia también está desarrollada y tiene profundidad, para eso tiene una sólida base literaria, aunque no sea muy original en cuanto al fondo, pero en las formas sí aporta rasgos distintivos.
Curiosidad: en una escena en que una bruja es abatida, se oye el grito Wilhelm, el más famoso y utilizado en la historia del cine.
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