Si en esta temporada ya estuvimos en un circo en el episodio 2, en esta ocasión tenemos un nuevo espectáculo, pero de magia.
Y es debido a que los nuevos hermanastros de Ned, lo gemelos, se dedican a hacer magia e invitan a todos sus nuevos amigos al local donde hacen un pequeño número, como discípulos del verdadero mago “titular”, el Gran Herrmann, que es como si fuera su padre.
Cada vez nuestros protagonistas se parecen más a Jessica Fletcher que cada vez que la invitaban a cenar, alguien moría. Esta vez el mago les solicita que investiguen la muerte de sus animales (a lo que con orgullo Emerson Cod responde que él no es un detective de mascotas), pero en la investigación descubren, y corroboran que eran accidentes, a quien querían matar era al mago, que aparece muerto. La trama no es tan intrincada como en otros episodios y se basa más en la vida de los gemelos.
Respecto a Ned, sus hermanastros han aprendido la magia de su padre, que le creo un trauma a Ned de joven, que también disfrutaba con sus trucos. Desde el abandono cada vez que ve algo relacionado con la magia sufre de reflujos ácidos y se tiene que tomar una pastilla. Es gracioso verle durante todo el episodio meterse de vez en cuando una pastilla en la boca.
Este episodio refleja en muy buena medida el humor negro que caracteriza a esta serie, se acentúa con la muerte del mago y también con la relación entre Chuck y su tía/madre Lily y el enlace entre ambas que representa Olive, que me sigue pareciendo uno de los mejores personajes y más completo, porque está en todo. En este episodio hay una chistosa referencia a su pequeño tamaño cuando la intentan usar de escudo humano.
Y ojo al oscuro personaje de Dwight, que ya sabía que Lily era la madre de Chuck, intenta embaucar a la pobre Vivian y acaba el episodio descubriendo el ataúd vacío de Chuck, tras intentar desenterrarla para hacerse con un reloj de su padre con el que la enterraron.
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