Dirección: Todd Field.
PaÃs: USA.
Año: 2001.
Duración: 130 min.
Interpretación: Sissy Spacek (Ruth Fowler), Tom Wilkinson (Dr. Matt Fowler), Nick Stahl (Frank Fowler), Marisa Tomei (Natalie Strout), William Mapother (Richard Strout), William Wise (Willis Grinnel), Celia Weston (Katie Grinnel), Karen Allen (Marla Keyes), Frank T. Wells (Henry).Guión: Rob Festinger y Todd Field; basado en una historia de Andre Dubus.
Producción: Graham Leader, Ross Katz y Todd Field.
Música: Thomas Newman.
FotografÃa: Antonio Calvache.
Montaje: Frank Reynolds.
Vestuario: Melissa Economy.
Decorados: Shannon Hart.
Todd Field es un ex-actor que debuta en la dirección con «En la habitación«. La premisa es similar a «La habitación del hijo» del italiano Nanni Moretti: ¿qué hacer ante la muerte de un hijo?, ¿cómo digerir el dolor? ¿qué hacer para no volverse loco y seguir viviendo?.
La acción transcurre en una pequeña localidad costera del estado de Maine en los Estados Unidos, donde vive un matrimonio, junto con su hijo Frank, universitario, que en el periodo vacacional va a casa de sus padres. El padre, Matt es doctor y la madre Ruth da clases de música. El hijo está enamorado y sale con una mujer mayor que él, Natalie, madre de dos hijos pequeños, la cual recibe las visitas de su ex-pareja Richard del cual no está separada y que la insta violentamente a retomar su relación, a «que todo vuelva a ser como antes».
La madre, una convincente Sissy Spacek es una mujer sobreproteccionista, frÃa e implacable, poco comunicativa con su hijo, dada a reprobar cuanto este hace, sin darle nunca una palabra de aliento o reconocimiento. Por el contrario su marido Matt, mantiene una estupenda relación con su hijo. Juntos van a pescar langostas, charlan y pasan el tiempo en paz y armonÃa. El padre tampoco reprueba la relación de su hijo con una chica mayor, con descendencia y una ex-pareja violenta, al ver que su hijo está enamorado de ella.
La tragedia se masca cuando Frank en una trifulca con Richard que va a visitar a Natalie recibe un disparo de Richard y acaba muerto. La buena situación económica del padre del asesino, y la falta de un testigo presencial, que afirme haber visto a Richard disparando el arma homicida, impiden que Richard no solo no sea condenado a la pena de muerte sino que es muy posible que de pasar por la cárcel en menos de diez años estuviera fuera, según les hace saber el abogado que les lleva al caso.
Tras la muerte del hijo la relación de Ruth y Matt se enquista. No hablan de lo ocurrido con la esperanza de que asÃ, el dolor remita, sin darse cuenta, de que es cuando lo hablan, cuando tiene lugar esa «catarsis» que les permitirá mirar de frente al dolor que sienten, a la soledad que les ahoga, y a la desesperanza que les consume, con unas palabras subida de tono, duras, desgarradoras, poniendo las cartas sobre la mesa, diciendo lo que uno piensa del otro, sin cortapisas, ni falsas veladuras, para a partir de ese momento, juntos, incrédulos ante la solución que la justicia les brinda, tomar una decisión, que no les devolverá a su hijo ni seguramente alivie sus penas.
La pelÃcula que podrÃa presumirse como un dramón propio de un telefilme de sobremesa, no lo es, gracias a unas interpretaciones portentosas, tanto de Sissy Spacek, Tom Wilkinson y Marisa Tomei, unos diálogos que van conformando y matizando la personalidad de cada uno de ellos, a medida que va «in crescendo» el climax angustiante en el que Todd Field nos sume tras la muerte de Frank, con un ritmo pausado, sin sobresaltos, con un buen uso de la elipsis y de planos abiertos en los que no vemos el final. Donde no prima, lo que es de agradecer, el morbo, el sensacionalismo gratuito, ni la lágrima fácil, en una historia proclive a ello, sino unos corazones rotos, desolados, impotentes, que se arrastran por el fango, clamando venganza, mientras bailan una danza macabra….
Todd Field en Cuak | CrÃtica Juegos secretos