Dirección: Mikael Håfström.
Reparto: John Cusack (Mike Enslin), Samuel L. Jackson (Gerald Olin), Mary McCormack (Lily Enslin), Tony Shalhoub (Sam Farrell), Jasmine Jessica Anthony (Katie Enslin).
Guión: Matt Greenberg, Scott Alexander y Larry Karaszewski; basado en el relato corto de Stephen King.
Producción: Lorenzo Di Bonaventura.
Música: Gabriel Yared.
Fotografía: Benoît Delhomme.
Montaje: Peter Boyle.
Diseño de producción: Andrew Laws.
Vestuario: Natalie Ward.
USA 2007
El personaje de escritor en crisis o en busca de inspiración es un recurso que se repite en la obra de Stephen King. El protagonista de esta historia es una especie de alter ego del propio escritor. Se trata de una estrella de talento que está malgastando su creatividad en escribir historias de supuestos hoteles con fantasmas, aunque en realidad nunca se ha encontrado con uno, por lo que no cree en ellos.
Todo ello, el pasado como escritor de novelas y el presente dedicado a escribir ensayos sobre lo sobrenatural, en lo que no cree, se nos muestra en una introducción que además nos deja claro su estado personal actual y nos pone sobre la pista de algún problema emocional ocurrido en el pasado. Esto consigue dibujarnos un personaje de forma solvente y consigue, sino la identificación con el protagonista, sí tener claros sus puntos de vista.
Y eso sólo en 15 minutos de película, ya que en ese momento ya ha entrado en el hotel en el que se desarrolla la acción. Es entonces cuando conocemos los pormenores de la historia del hotel, gracias al gerente que le intenta disuadir de entrar en la habitación maldita, la 1408. En otros 15 minutos ya tendremos lanzada la acción y al protagonista sufriendo las primeras consecuencias de su atrevimiento. Quizás sea la parte que mejor se ha realizado, ese principio que deja tan bien embocado el resto de película.
A partir de ahí se va reproduciendo la lucha de la maligna habitación contra el ocupante que intenta en un principio desenmascarar el posible fraude (“el fantasma del servicio de habitaciones”), pero que luego lo que quiere por todos los medios es salir vivo de la aventura, algo que no le va a resultar para nada fácil.
Aunque la mayor parte de la acción se desarrolla dentro de la propia habitación, los recursos son abundantes e iremos viendo como ésta varía para ponerle las cosas difíciles al escritor. No recuerdo donde leí hace poco un comentario despreciando la supuesta maestría de Stephen King poniendo a personajes normales en situaciones extraordinarias, pero ni que fuera fácil desarrollar una historia en torno a unos pocos elementos y hacer que esta se haga interesante para el lector/espectador.
Para mí en esta ocasión lo consiguen, la película es muy entretenida, está bien planteada, desde el prólogo inicial hasta la resolución final y desarrollada. La parte psicológica prima en toda la historia, ya que John Cusack se las ve a solas con la maligna habitación y buena parte de la película es a él al único personaje humano al que vemos.
Cierto es que no hay nada en la historia que sea especialmente reseñable en cuanto a significar alguna novedad en el terreno del terror y lo fantástico, pero dentro de estar dentro de lo habitual, está bien llevado casi todo, algo que no es nada fácil. No obstante hay cosas que son difíciles de encontrarles significado, como el extraño ser que le persigue por los conductos del aire acondicionado, que no tiene ningún sentido en la historia ni aporta gran cosa. Hay otros elementos similares, a los que no se les llega a encontrar mucho sentido, como el aspecto holográfico de las imágenes de suicidas pasados, que parece fuera de lugar.
Sin embargo visualmente las variaciones que se dan en la habitación sí me han parecido buenas, así como algunas escenas como las de los obreros derribando las paredes. En mi subconsciente se ha quedado la idea de que esa escena me recuerda a alguna otra que no consigo identificar (creo que algún anuncio).
Como no, tratándose de Stephen King, además del personaje recurrente del escritor, que ya decía antes y que tanto gusta al cine, hay que ver la influencia de otras de sus obras. Aquí viene a la mente El Resplandor, por lo de la casa encantada. Incluso el protagonista, cuando llega al principio a la habitación dice: “¿Dónde están los ríos de sangre?”, en clara referencia a la famosa escena de esa obra de King.
Que nadie vaya intentando ver esos ríos de sangre, mutilaciones, escenas truculentas o engañosos trucos de cámara para pegar sustos. Ese es otro tipo de cine. Aquí las cosas van siguiendo su rumbo, quizás en algunos momentos tomando aire, más que bajando el nivel de acción, hasta llegar al desenlace final (como siempre digo, sobra el epílogo, eso he de reconocerlo, ¿porqué insisten en acabar las historias con epílogos de ese estilo, innecesarios por propia definición?). Viniendo de un relato corto, quizás hayan intentado alargar la historia un pelín más de lo que daba de sí, pero los momentos más calmados no llegan a ser aburridos.
Entre los actores, no me cabe duda que John Cusack es un actor solvente y especialmente indicado para dar vida a este personaje, lo hace genial y ya lo hemos visto en otros similares como La Cosecha de Hielo (The Ice Harvest, 2005). Su otro gran registro es el de eterno joven rebelde (Alta Fidelidad, Serendipity). En cuanto al resto, el único que tiene un poco de entidad en la historia es Samuel L. Jackson, muy bueno, pero “por exigencias del guión” breve. Una pena.
¡Ah! Y el protagonista, no está muerto desde el principio. Y paso de contar todas las referencias al nº 13 que hay en la peli.
Enlaces | Web Oficial | IMDB