16 calles (16 Blocks)

Director Richard Donner
Interpretes: Bruce Willis (Jack Mosley) Mos Def (Eddie Bunker) David Morse ( Frank Nugent) Cylk Cozak (Jimmy Mulvey )
Guión Richard Wenk
Productor Randall Emmett
Diseño de Producción Arv Greywal
Director de Fotografía Glen Macpherson
Director Artístico Brandt Gordon
Música Klaus Badelt
Montaje Steve Mirkovich
Vestuario Vicki Graef

Hacía muchísimo tiempo que no me lo pasaba tan bien viendo una buena película como esta. La dirige Richard Donner (padre las Armas Letal y de Superman).
La historia va de un policia Jack (Bruce Willis) que tiene como misión llevar a un testigo Eddie (Mos Def) ante el juez para que testifique. El tema se complica cuando nos enteramos que por medio hay policías corruptos, un buen número de ellos, los cuales van a hacer todo lo posible, para que el testigo no llegue a su destino. La comisaria dista a 16 calles de la corte, donde declarará el testigo, de ahí el nombre de la peli. Jack es un policía con querencia por la bebida, alicaído y desmotivado, que se toma la tarea del traslado del testigo como un trabajo más, hasta el momento en que se da cuenta de que los policías corruptos son capaces de todo para que el testigo no declare.

Jack, encuentra en esta encomienda la posibilidad de obrar bien, de redimirse en toda regla de sus malos actos pasados, aunque sabe que su vida y la del testigo corren serio peligro.
Pero no es esta una película pirotécnica de efectos especiales, sino que los personajes hablan, sobre todo Eddie y así nos enteramos de su vida, de sus sueños e ilusiones, de que es un panadero en ciernes cuyas palabras van calando, en el aparentemente impasible Jack, que bastante tiene con esquivar las balas y salir indemne. Una película en donde hay un ritmo trepidante, con persecuciones (la del autobús guarda similitud con Ruta Suicida), donde nada está claro, gracias a un guión redondo, con muchos matices, que te hace estar todo el rato en tensión porque puede pasar cualquier cosa, donde cuando parece que no ya hay salida y que es el fin, de nuevo cambia la situación y los acontecimientos toman otro rumbo.

Bruce Willis hace un papelón, lo mismo que Def Mos, que además de parlanchín demuestra que es un muy buen actor, la química entre los dos protas es manifiesta, y destaca también el malo de la peli, David Morse, un secundario que aquí está brillante. La película tiene sus momentos de infarto, algún toque sentimental, sus momentos dramáticos, y un sentido del heroicismo pétreo que Willis plasma a las mil maravillas.

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