Dirección: Juan Vicente Córdoba.
País: España.
Año: 2005.
Duración: 113 min.
Género: Drama.
Interpretación: Natalia Verbeke (María), Daniel Guzmán (Fran), Juana Acosta (Juanita), María Vázquez (Vicky), Marian Álvarez (Mena), Zay Nuba (Nitzia), María Reyes Arias (Lola), Alfredo Villa (Mariano), Carlos Kaniowsky (Padre de María), Andrés Gertrudix (Pipo).
Guión: Juan Vicente Córdoba y María Reyes Arias.
Producción: Enrique Cerezo.
Música: Guateque All Stars.
Fotografía: Teo Delgado.
Montaje: Pablo Blanco.
La crónica social y el espectáculo se dan la mano en esta película dirigida por Juan Vicente Córdoba, en cuya nómina de actrices aparece Verbeke, María Vazquez, Juana Acosta (Génesis) y actores conocidos como Daniel Guzmán y Andrés Gertrudix. Todos ellos viven en el barrio madrileño de Vallecas, sin futuro ni esperanza, rumiendo su fracaso en horas muertas.
María además de conducir un taxi es buena soltando puños y puede proclamarse campeona de España de peso pluma, y salir así del pozo negro en el que vive ella y sus amigas, las cuales para sanear su maltrecha economía deciden dar unos cuantos palos, alunizajes mediante, a joyerías y centros comerciales. Sus malas acciones no quedarán impunes y una de ellas deberá pagar el pato.
La ideología de la película es esta «»Si la vida no nos da lo que necesitamos pues vamos a por ello y lo cogemos. Sabemos que hacemos mal pero supongo que nosotras lo vemos como una manera de salir adelante«. Si todos pensaran como estas mozas pues todos seríamos delincuentes.
Esa crítica al sistema queda muy deslucida, aglutina todos los topicazos imaginables y trata de mostrar un fresco social que no dudo que exista pero cuya plasmación es cuestionable por su profesionalidad y la nula evolución de sus personajes, eludiendo el cómo y el por qué. La escuela de boxeo que monta un boxeador retirado como una vía de escape a los días grises y aciagos de sus jóvenes es un trasunto light de «La ciudad de los muchachos«.
Las interpretaciones dejan bastante que desear. Verbeke suelta los puños y da miedo con los caretos que pone de mala hostia. Guzmán no está mal en su papel de macarrilla y Gertrúdix vuelve de nuevo con otro personaje singular (Bosque de sombras, Los aires difíciles).
Para darle algo de vidilla al asunto y hay unas cuantas escenas de sexo salvaje, como el revolcón que Guzmán y Acosta se dan en la piscina. Escenas por otro lado metidas con calzador, buscando un reclamo mediático que no evitó que la película se estrellara en taquilla.