Adiós dirigida por Paco Cabezas (Sevila, 1978) es un trepidante thriller rodado en Sevilla, en el barrio de Las tres mil viviendas. La primera vez que una cámara logra meter ahà el hocico para rodar.
Un joven, Juan, que está cumpliendo condena, sale de la cárcel de permiso para acudir a la comunión de su hija. Finalizado el evento y cuando se dirigen ya de noche a su domicilio se verán embestidos por otro coche. Como consecuencia del siniestro la niña muere. En un trance similar uno de los primeros sentimientos que afloran en la mente de la vÃctima es el deseo de venganza.
El problema viene porque Juan pertenece a uno de los clanes rivales dentro del barrio, que fueron obligados en su dÃa a residir en unas chabolas y a él a dar con sus huesos en la cárcel. El deseo de venganza supone abrir la caja de Pandora. De esta manera se suceden las venganzas, los asesinatos, las balaceras. Al frente de la investigación está la policÃa Eli, que se toma el caso como algo personal. De la misma manera que lo hace Manuel Santacana, otro de los policÃas al cabo de la investigación pero éste por motivos diferentes.
La mayor parte de las escenas se ruedan de noche, impregnadas de una atmósfera oscurantista (la fotógrafÃa es obra de Pau Steve), moviéndose los personajes entre sombras, entre tinieblas, entre ruinas de edificios y descampados donde solo florecen jeringuillas, mientras de fondo suenan cantos flamencos, desgarradores (música obra de Zeltia Montes). Esos quejidos con los que uno visualiza una virgen en cuyas mejillas, florecen los capullos de la pena y por donde se derramasen gotas de sangre, llorando por todos nuestros pecados, convertida toda ella en carne de nuestra carne doliente. Feroz lucha es a la que debe enfrentarse Juan, que quiere llevar una vida normal, pero al que ni las circunstancias ni el clan familiar le ayudan a ello, porque no secundar todas las viles aciones que estos tienen en mente es como traicionar a la familia.
El desarrollo dramático que la pelÃcula exige está muy bien conseguido, gracias a las intensas interpretaciones de Mario Casas (Hogar, Bajo la piel del Lobo, Toro) Natalia de Molina (Vivir es fácil con los ojos cerrados), Ruth DÃaz (Vitoria, 3 de marzo) y Mona MartÃnez o Vicente Romero y Salva Reina, los dos últimos vistos en la serie Malaka. La dificultad estriba en condensar, en cristalizar todo este drama sin que la historia se disperse, y en este sentido creo que Paco Cabezas sale airoso del desafÃo al que se enfrenta, en su particular regreso a Itaca, de la que sale con esta notable y valiente pelÃcula bajo el brazo.