Dirección Olivier Marchal
Intérpretes Daniel Auteuil (Léo Vrinks)
Gérard Depardieu (Denis Klein)
André Dussollier (Robert Mancini)
Roschdy Zem (Hugo Silien)
Valeria Golino (Camille Vrinks)
Guión Dominique Loiseau
Frank Mancuso
Olivier Marchal
Julien Rappeneau
Fotografía Danis Rouden
Música Erwann Kermorvant
Axelle Renoir
Montaje Hachdé
Discreta y convencional película francesa de género policiaco, que arranca de modo brillante, pero cuyo desarrollo y finalización desmerece el comienzo. En París se vienen sucediendo unos atracos a unos furgones cargados de dinero, y el director de la policia judicial insta a los cuerpos que velan por el orden y la seguridad a que hagan algo, para acabar con dichos atracos.
En liza hay dos agentes que trabajan en paralelo, Léo (del BRI) y Denis (del BRB), que no se tienen mucho aprecio, pero que se ven obligados a aunar sus esfuerzos para acabar con la banda. La película tiene sus escenas trepidantes como la del robo al furgón, pero luego cuando la película se pierde por otros derroteros, en el cara a cara entre los dos agentes, la intensidad inicial se desvanece.
La muerte de un agente, como consecuencia de una imprudencia de Denis (el cual empina el codo de más, aun estando en acto de servicio), hace que la relación entre Léo y Denis se enturbie todavía más. Luego Leó se mete en un lío por que cae como un pardillo en una trampa que le tiende un preso de permiso, lo cual marcará su futuro, y el de su familia.
Denis aspira al puesto que quedará vacance de director de la policia judicial, y no se pensará lo más mínimo hacer cuanto crea necesario para conseguirlo (delatar a un compañero también)
El problema reside en que le hace falta algo más de chispa para ser una buena película de acción, y cuando se intenta ahondar más en la relación del policia con su mujer (Una Valeria Golino que hace un papel de poco calado), el modo en que éste decide tomarse la justicia, se hace de modo demasiado previsible.
Esperaba algo más sutil, más enrevesado para culminarla, pero nada de eso ocurre, y solo queda de manifiesto la buena interpretación de Daniel Auteuil (Depardieu está bastante flojo, y acartonado), una música magnetizadora pero a veces cargante, por el uso indiscriminado de la misma y una fotografía de gran calidad, por lo demás la película no levanta el vuelo sobre productos similares.
El título de la película, 36, quai des orfévre, es donde se encuentra la sede de la policía judicial.
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