Dirección: Mathieu Kassovitz.
Países: Francia y USA. Año: 2008. Duración: 90 min. Género: Thriller, ciencia-ficción.
Interpretación: Vin Diesel (Toorop), Gérard Depardieu (Gorsky), Mélanie Thierry (Aurora), Michelle Yeoh (hermana Rebecca), Charlotte Rampling (Gran Sacerdotisa), Lambert Wilson (Dr. Arthur Darquandier), Mark Strong (Finn), Jérôme Le Banner (Killa), Joel Kirby (doctor Newton), Souleymane Dicko (Jamal), David Belle (hacker), Radek Bruna (Karl).
Guión: Mathieu Kassovitz y Éric Besnard; basado en la novela «Babylon babies» de Maurice G. Dantec.
Producción: Alain Goldman y Mathieu Kassovitz.
Música: Atli Örvarsson. Fotografía: Thierry Arbogast.
Montaje: Benjamin Weill.
Diseño de producción: Sonja Klaus y Paul Cross.
Vestuario: Chattoune & Fab.
El visionado del trailer me predispuso a ver un peliculón, que no es tal. Como un híbrido de mil películas vistas antes (Hijos de los hombres, Death Race..), Babylon A.D no ofrece más que retazos de diversión con muy poca sustancia que a duras penas consigue mantener mi interés hasta el final.
Estamos en el futuro, y allí Toorop, un tío cachas, con la cabeza afeitada y el rostro de Vin Diesel, recibe un encargo: ha de llevar a una joven a los Estados Unidos. Como en la película Transporter (ésta con el forzudo Jason Staham). Toorop se afanará en cumplir su cometido. Irá a buscar a la joven llamada Aurora a un convento y saldrá de allí con ella y su tutora, una mujer asiática que reparte estopa con elegancia, con el rostro de Michelle Yeoh (La Momia 3, Memorias de una Geisha). Toorop transportará su “paquete” recogido en Rusia y para ello cruzarán medio mundo, por paisajes nevados, en coche, en submarino, en barco y finalmente en avión.
El único aliciente, a mi entender, es que la chica en cuestión, la cual tiene unos dones, ha vivido siempre en una burbuja, y al salir del convento y afrontar cada día hechos violentos, muertes desgarradoras y una lucha por la supervivencia sólo apta para los más fuertes, hace que su burbuja se desintegre, su mundo se desmorone, pero eso en apariencia, ya que esa presunta fragilidad, no es tal, como luego se verá, ya que está llamada a grandes metas.
En ese mundo futuro prima la violencia y la deshumanización y el forzudo y criminal Toorop, al contacto con esa criatura tierna, pura y virginal intuye una vía de escape, un propósito de enmienda, una trocha de fuego por la que huir aún a riesgo de calcinarse en el empeño, porque al final por mucho que prime el ambiente post-apocalíptico, la estética feísta, la primacía de la violencia ambiental, lo que hay en juego es una historia de amor evanescente a secas, propio de un mundo a la fuga.
A falta de París, a la pareja de tórtolos siempre les quedará un lugar donde guarecerse.
Sí, esa mujer de rostro pálido y mirada perdida no es otra que Charlotte Rampling, la cual como otros actores de su talla, Joan Allen (Death Race), Richard Dreyfuss (Poseidon) están dispuestos a salir en películas como ésta, “por un (buen) puñado de dólares”
Me queda para el recuerdo, el bello rostro de la actriz Mélanie Thierry.