Cambios en Cuak!

Se han realizado algunos cambios en la web: – En la columna derecha se ha añadido una encuesta, que espero ir cambiando y espero que tenga éxito, aunque el nivel de visitas actual no sé si dará para tento 🙁 – En el apartado Especiales Cuak! se han añadido 3 nuevos campos: por un lado el enlace al foro, que …

Sigue Leyendo

Mucho ruido y pocas nueces

No, no voy a hablar de alguna nueva o antigua adaptación de Shakespeare. Quien más quien menos, se habrá visto “asaltado sonoramente” alguna vez por algún indeseable en una sala de cine. A mi me ha pasado recientemente y me voy a tomar mi pequeña venganza relatando aquí lo sucedido.

En un principio yo estaba felizmente sentado en mi butaca, después de los trailers y anuncios de rigor y en la pantalla ya estaban los créditos iniciales de la película. Entonces, tarde como es preceptivo, llegaron 3 tíos armando un poco de escándalo, riendo y tropezando con las butacas, a pesar de ser guiados por la linterna del acomodador, hasta llegar a mi altura. Al estar sentado justo en la primera butaca no solo me tuve que levantar, sino salirme para que pudieran entrar los 3 tipos, ya que iban cargados con paquetones de palomitas tamaño supergigantesco y una cocacola del tamaño de las copas que gana Fernando Alonso.

Una vez sentados, despojados de sus chequetas, colocados en su sitio y comentada la jugada, los mendas se pusieron en situación y el que estaba a mi lado levantó del suelo el paquete de palomitas y empezó a deglutir el mismo sin miramientos. Debido a la poca luz no puedo afirmarlo, pero la explicación más sencilla es que llevara guantes, sino no se entiende como tenía que remover tanto la caja para coger las palomitas. Además el cartón que usan en los cines debe ser el de los trasbordadores de la NASA, porque al rozamiento con las palomitas hacía un ruido como si estuviera forrado de amianto. Después de capturadas las palomitas, el tipo se las llevaba a la boca, las metía a presión y las devoraba de nuevo ruidosamente y, como no, con la boca abierta. Además se notaba que estaban recién hechas, porque crujían que ni el Titanic en sus peores momentos. Este proceso lo repetía el tío con una periodicidad mínima y sin dar muestras de agotamiento. Rebuscar, capturar, estrujar, masticar y de nuevo rebuscando. Repítase 800.000 veces o hasta acabar la susodicha caja de palomitas.

Los de la fila justo delante duraron 5 minutos y se cambiaron 3 filas más adelante, lo que calculo que amortiguaría el ruido que escucharan de las palomitas en un 3% a lo sumo.

Sigue Leyendo