¡Qué gran serie es Chernobyl!, ciudad puesta en el mapa con la tragedia acaecida en 1986 cuando el núcleo de la central nuclear explotó cobrándose la vida de miles de personas. La serie consta de cinco episodios de una hora y han tenido que ser los americanos y los británicos quienes hayan decidido poner el tema sobre la mesa tres décadas después de la tragedia.
Dos hombres son claves en la resolución de esta tragedia, el cientÃfico Valeri Legásov, y el ministro Boris Schervin. Cuando el núcleo estalla la central lo niega y afirma que esto no ha sucedido porque un núcleo no puede estallar. Luego se indaga y se ve que se hizo una prueba en el reactor, que habÃa fallado otras tres veces previamente y que cuando se pulsa un botón rojo de apagado éste lejos de parar en seco la central, actúa como detonante.
Schervin es enviado a la zona cero acompañado de Legásov que le informa con un lenguaje comprensible de la gravedad del asunto. Tanto que vista la radiación a la que están expuestos morirán en pocos años. Primero son los operarios de la central quienes sufren la radiactividad muriendo algunos en el acto, luego son los bomberos que ven los efectos que el grafito tiene sobre la piel, achicharrándola al tocarla, las mujeres embarazadas perderán a sus hijos al nacer o nacerán con malformaciones, los curiosos que se asoman a un puente próximo a la central tras el accidente, morirán todos en pocos años. Pasan las horas y reina el secretismo absoluto, Rusia (con Gorbachov como Jefe de Estado) se afana en no divulgar la noticia, en censurarla, en que no trascienda a Europa, cuando el impacto medioambiental de la explosión nuclear afecta a personas, y a toda la flora y fauna varios cientos de kilómetros a la redonda, contaminando el rÃo Dnieper, en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia. Auxiliando a Legásov y Schervin está Uliana Khomyuk, una cientÃfica que no existió, que es un homenaje a esos cientÃficos que estuvieron codo a codo con Legásov que denunciaron las mentiras del régimen y cuyas verdades, o comportamiento desleal para el Régimen les supuso penas de cárcel.
La serie cuenta todos estos acontecimientos con un ritmo endiablado. Al comienzo vemos a Legásov en su casa grabando unas cintas. Poco después se suicida. Esto fue dos años después de la tragedia de Chernobyl. Legásov quien se sabe enferma y en las últimas se enfrenta al Régimen (nadie ha de osar a decir que el Estado actuó mal, que mintió, que no informó a los trabajadores de la central correctamente, que les privó de información fundamental, que las cosas, en definitiva, no se estaban haciendo nada bien…) y el Estado, la KGB mediante, le hará pagar por ello. No fue un empeño en balde. Como se informa en los tÃtulos de crédito finales Rusia reforzó la seguridad de otros reactores en otras centrales nucleares para evitar futuras tragedias, que afortunadamente no hubieron lugar.