Dirección y guión: Rodrigo Cortés.
PaÃs: España. Año: 2007.
Duración: 90 min. Género: Thriller.
Interpretación: Leonardo Sbaraglia (MartÃn Circo MartÃn), Chete Lera (Edmundo Figueroa), Myriam Gallego (Laura), Luis Zahera (Pizarro), Myriam de Maeztu (Santillana), Fernando Cayo (Eloy).
Producción: Ignacio Salazar-Simpson, Douglas Stuart Wilson, Julio Fernández, Luis Collar y Pancho Casal.
Música: VÃctor Reyes. FotografÃa: David Azcano.
Montaje: Guillermo Represa y Rodrigo Cortés.
Dirección artÃstica: Antón Laguna.
Vestuario: Cristina RodrÃguez.
Concursante supone el debut del exitoso cortometrajista Rodrigo Cortés. (15 dÃas). Rodrigo ha tirado la casa por la ventana en su ópera prima, y contando con el apoyo de Miramax, un buen presupuesto y un grupo de profesionales eficientes ha tenido lista la pelÃlcula en apenas 6 semanas.
Triunfó Concursante en el Festival de Málaga el año pasado y ha recibido crÃticas elogiosas. Su puesta en escena como el mismo director reconoce es arriesgada. A la hora de rodar ha echado mano del 35 mm, 16 mm, super 8 (mini DVD y luego un filtro cosecha del director), la fotografÃa a su vez es variopinta: fotografÃa estática, blanco y negro, color, colores desaturados, salvo cuando aparece Edmundo o la madre de Circo (oasis de color en un mundo acerado y deshumanizado, que supone la vuelta a la arcadia).
El director dice que las cosas son asà porque la pelÃcula lo requiere y que no se trata por tanto de fuegos artificiales o de decisiones arbitrarias. La verdad es que la acabo de ver y no sé qué decir. Supongo que un segundo visionado me permitirÃa opinar al respecto y ver si trata de fuegos artificiales o de fuego de metralla.
De entrada decir que Concursante es un Walk-man Show a la mayor gloria de un Leonardo Sbariglia que aparece en casi todos los planos de la pelÃcula. El actor argentino sale bien parado en ese tránsito del éxito al fracaso, camino de la locura y la demencia.
Todo comienza cuando Circo obtiene el mayor premio de la televisión en un concurso. Un botÃn de tres millones de euros. Pasa asà de ser un profesor de universidad con un sueldo de mierda a ser millonario (si bien todo es un decir porque sino tienes una fuente de ingresos, tres millones en premios no es tanto). El caso es que el premio no es en metálico sino en bienes. Eso implica que además del 48% que debe pagar a Hacienda por los premios, la mayor parte de los bienes si quiere revenderlos no le depararÃan ni la mitad de lo que se suponen que vale. Asà que Circo y Laura, su mujer, comprueban como enseguida pasan de la presunta alegrÃa (porque no pueden disfrutar practicamente de su nueva situación de millonarios) a la desazón de ver que a pesar de recibir tres millones de euros en premios su situación ha empeorado, toda vez que han pédido un crédito al banco avalado con los bienes del concurso, los cuales no pueden por tanto vender.
Todos los seres que aparecen sintonizan con la fotografÃa acerada, gris, sin color. Son cuerpos sin almas, con cables y electrones en lugar de sangre roja y caliente. Laura parece no ser consciente de su maltrecha situación y Circo no encuentra a nadie que le alivie su pesar hasta que conoce a Edmundo en una conferencia que este imparte.
Acude en su ayuda y este le da unas cuantas lecciones acerca de como funciona el mundo. Edmundo puede ser un lunático, un iluminado o alguien que ha visto la luz y se ha echado a un lado del camino a predicar su palabra, sin importarle un pimiento si alguien quiere escucharle.
Ahà la pelÃcula toma forma, y ese bonito envoltorio de luz, color y cámaras epilépticas y nerviosas se convierte en mensaje. Asà Edmundo irá transmitiendo a Circo lo que sabe, como los bancos juegan con nuestro dinero, como lo que se mueve es dinero virtual, no fÃsico, como los intereses se comen los préstamos y como las entidades bancarias se reparten el pastel y ganan más que el PIB de muchos paÃses, tanto en perÃodos de crÃsis como de bonanza económica.
La acción no transcurre en una ciudad o lugar concreto. El entorno es impersonal e internacional, como el hormigón, la lluvia, la gente deshumanizada o los rascacielos.
La toma de conciencia de Circo le hace tomar la iniciativa. Con Laura ya lejos de él, porque ésta le ha dejado, decide plantar cara al banco, en una espiral que le hace ir perdiendo la conciencia (o ganarla) hasta su muerte final. No desvelo nada, porque Circo surge en escena agonizando bajo una piedra.
Que Concursante ofrece algo diferente dentro del adocenado cine Español es evidente. El juego de luces y cámaras es evidente que capta nuestra atención. El ritmo es trepidante y no hay descanso durante 80 minutos. Sbaraglia se luce, y hace creÃble su papel. El mensaje no es algo nuevo, dado que lo aquà expuesto está al alcance de todos, si bien en la práctiac cuesta no llevar el dinero al banco o pedir un préstamo para financiarte. No es tanto el cerrar los ojos sino que hay pocas o ninguna opción alternativa a recurrir a los bancos.
Interesante pelÃcula, mensaje sugerente, ritmo endiablado, interpretación contundente, puesta en escena hiperexcitada. ¿se puede pedir más?.
Espero como agua de mayo lo próximo de Rodrigo Cortés.