Justo a tiempo de que empiece la Cuarta Temporada de La Casa de Papel, he acabado de ver esta tercera, que he de decir que no decepciona porque mantiene los principios de la serie: buenos personajes, acción y esa partida de ajedrez entre los buenos y los malos que mantiene siempre la historia en vilo.
Y, sin hacer spoiler, pero al igual que pasó entre las temporadas 1 y 2, la historia se queda a medias. Pobres de los que hayan tenido que esperar estos 9 meses para ver parir la nueva temporada. Como ya he dicho otras veces, que se quede una temporada tan colgada y sin cerrar ningún cabo es algo que no me gusta nada.
Pero dejando esto a un lado, La Casa de Papel nos sigue dando más de lo que esperamos. Los que no hayan visto las anteriores temporadas que dejen de leer aquí, porque todo lo que se cierra en la segunda se abre en la tercera.
La misión en esta ocasión es aún más grande: atracar el Banco de España y su reserva de oro. Sí, aunque ya tienen dinero suficiente, la idea no es hacerse ricos, de hecho, su primera maniobra de distracción es lanzar desde zepelines 140 millones de euros en el centro de Madrid. El motivo es lanzar un pulso al sistema, todo ello para conseguir la liberación de uno de los miembros de la banda, Río, que ha sido apresado, aunque eso lo dejo para que lo veáis en la serie.
Así las cosas la banda se vuelve a reunir para tramar un nuevo/viejo plan, el inicial antes del de la casa de la moneda. Problema: tienen poco tiempo, no es un plan ideado por el profesor y tienen nuevos miembros para ayudarles, entre ellos Palermo, amigo íntimo de Berlín (pum pum ciao) con quien ideo el plan.
Debido es esto, para seguir con la forma de contar las cosas de la serie, esta vez se multiplican las tramas temporales y espaciales. Por un lado el ahora del atraco, donde vemos el interior del banco, la carpa de mando de la policía, el centro de operaciones del Profesor y la Inspectora AKA Lisboa porque sí, está integrada en la banda también y se ha pasado definitivamente de bando.
En el pasado tenemos varios puntos que se intercalan en la trama: por un lado el primer contacto del Profesor y Berlín con el plan, en Florencia antes de que todo empezara. Después está la planificación con la banda del atraco, unos días antes de empezar con él. En menor medida aparecen algunas escenas de la planificación del primer atraco también, por lo que los personajes muertos los vemos «resucitar» en esta temporada.
Algo que cambia en esta ocasión es que como decía antes, el Profesor no es el que ha ideado el plan, además de otros 2 factores importantes, la falta de tiempo para planificarlo y que no es ya un lobo solitario, al estar con la inspectora. Todo esto hará que no sienta tan cómodo, que pierda en algún momento el control y que haya más variables negativas en el plan a seguir, lo que dará mucho juego.
Si hay un personaje que ha perdido mucho en esta temporada es precisamente el de la Inspectora. No tiene el interés ni el gancho que tenía, no pinta nada al lado del profesor en el control, algo que se dan cuenta los guionistas y que hace que lo justifiquen en algún diálogo diciendo que está porque conoce mejor que nadie los métodos de la policía. Creo que su rol dará muchísimo más juego en la cuarta temporada que está viniendo.
En cuanto a los nuevos atracadores, no tienen tanta relevancia en esta temporada, sigue recayendo el peso en los de siempre. Ah, y Arturito, que intenta revivir la trama secundaria con Estocolmo, pero se queda muy corto, sobra.
Entre los policías sí tiene importancia en la trama la nueva cúpula, sobre todo el personaje de la inspectora Alicia Sierra (Nawja Nimri) que es insoportablemente despreciable, lo que la convierte en un gran personaje, que hará lo que sea por vencer, pasándose por el arco del triunfo la moral, los derechos humanos o cualquier línea que los demás no se atreven a sobrepasar.
Un pelín más floja que las anteriores sí la considero, más que nada porque es más de lo mismo, pero no defraudará a los fans ni a lo que les haya gustado la serie hasta ahora. Y son tantos los fans que hasta uno de ellos, ilustre, hace un cameo: Neymar Jr., sí el futbolista, que se mete a actor ocasional después de su enorme experiencia en publicidad y en el propio terreno de juego. Ya podría en la próxima aparecer otro gran fan confeso y (mal) actor ocasional, el admirado Stephen King.
Deseando ya empezar a ver la cuarta temporada, después de las cosas que han quedado en el aire desde la tercera y que van a hacer, presumiblemente, que muchas cosas cambien radicalmente. Y por favor, guionistas, directores, productores o a quien corresponda. Las temporadas de una serie no se cortan así.