Dirección: Christian Molina.
País: España. Año: 2008. Duración: 105 min.
Género: Drama.
Interpretación: Belén Fabra (Val), Leonardo Sbaraglia (Jaime), Llum Barrera (Sonia), Ángela Molina (Cristina), Geraldine Chaplin (abuela), Pedro Gutiérrez (Hassan), José Chaves (Pedro).
Guión: Cuca Canals; basado en la novela «Diario de una ninfómana» de Valérie Tasso.
Producción: Julio Fernández y Mariví de Villanueva.
Música: Roque Baños y Mariano Marín.
Fotografía: Javier Salmones.
Montaje: Luis de la Madrid.
Dirección artística: Llorenç Miquel
Primero fue el libro homónimo de Valérie Tasso y luego vino la película. Valérie es una mujer que disfruta con el sexo, es su alimento, el que apaga su sed, hasta llegar a un punto que se reconoce como ninfómana. Tiene aventuras con hombres, algunos de los cuales al no poder seguir su ritmo la tachan de insaciable y de enferma.
Un buen día Val, mientras acude a una entrevista de trabajo siente un flechazo por Jaime, el jefe de una empresa, a la sazón su entrevistador. Sí, Val se enamora y todo parece ir estupendamente hasta que su pareja, no es como parece, y el príncipe azul es un hijo bastarde la de los celos, la agresividad y la violencia. Para entonces Valerie, que a pesar de ser una chica liberada parece ser que se ve agobiada por que a sus 27 años no es madre, se queda embarazada, para abortar poco después, visto el cariz que ha tomado su relación.
Val pasa unos meses malos, piensa incluso en el suicidio, pero finalmente el horizonte se despeja, sale de su letargo y está ya de nuevo dispuesta a calmar su sed. Así que busca trabajo como prostituta de lujo. Es feliz porque tiene sexo gratis. Encima cobra por hacer lo que le gusta, hasta que a uno de sus clientes se le va la mano y descubre que el matrimonio y la prostitución es una cara de dos monedas iguales: la misma cruz.
Así que Val lo deja, vuelve a visitar a su amigo Hassan , con el que finalmente decidirá ir a pasar una temporada, y llega a la conclusión de que quiere ser ella misma.
A pesar de su afición al sexo, Valerie busca más allá de un intercambio de fluidos corporales y la inmersión en oquedades, el cariño, el afecto, el amor, y quizá el sexo sea una forma de obtener eso que busca.
La protagonista es Belén Fabra, la cual no sé si volverá a hacer más películas, porque es sabido que a quien hace escenas eróticas se le cierra muchas puertas. Su interpretación no está mal, y la mujer sabe llorar, pero la historia es tan superficial, y está tan plagada de tópicos, que a mí cuando menos si decide dejar este mundo o no tirándose por un balcón o si entra en contacto con el universo cuando tiene un orgasmo y se funde con otro cuerpo, me da absolutamente lo mismo.
Atesora un buen puñado de escenas eróticas, bien desarrolladas, pero todo dentro de un orden, porque más allá de ver a Belén en cueros durante muchos momentos, a fin de no escandalizar a nadie no hay escenas de sexo real, como en Nine Songs, ni fellatios ni cosas por el estilo.
Película infumable. Lo mejor los desnudos de la Fabra.