Dirección: Billy Ray.
Título original: Breach
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 110 min.
Género: Drama, thriller.
Interpretación: Chris Cooper (Robert Hanssen), Ryan Phillippe (Eric O’Neill), Laura Linney (Kate Burroughs), Dennis Haysbert (Dean Plesac), Caroline Dhavernas (Juliana O’Neill), Gary Cole (Rich Garces), Kathleen Quinlan (Bonnie Hanssen).
Guión: Billy Ray, Adam Mazer y William Rotko; basado en un argumento de Adam Mazer y William Rotko.
Producción: Bobby Newmyer, Scott Strauss y Scott Kroopf.
Música: Mychael Danna.
Fotografía: Tak Fujimoto.
Montaje: Jeffrey Ford.
Diseño de producción: Wynn Thomas.
Vestuario: Luis M. Sequi
No esperen un ritmo trepidante y golpes de efecto a mansalva en esta producción porque nada de esto hay en El espía. Hemos comprobado cómo la vida de los espías es más bien aburrida, en películas recientes como El buen pastor, o en el caso de los agentes de seguridad, como el escuchante de La vida de los otros. Aquí, se nos cuenta un hecho real, la vida de un espía americano, que durante 22 años estuvo vendiendo secretos a los rusos. Hay sospechas gubernamentales pero no confirmaciones sobre el proceder de Robert Hanssen así que finalmente deciden que uno de sus trabajadores más prometedores Eric O’Neill, que sueña con ser agente del FBI, sea su sombra, tras entrar a trabajar como su secretario. A éste no le cuentan de entrada de qué va el asunto, sino que le hacen ver que Robert es un obseso sexual al que hay que vigilar, para luego encauzar.
Robert tiene el culo pelado, porque a lo largo de su vida ha delatado a buen número de personas que han acabado muertos. Es un artista en el arte de engañar, siempre sin dejarse coger, así que el imberbe Eric deberá hilar muy fino sino quiere ser calado por Robert. Atesora un ritmo que puede resultar mortecino, para los adictos a la estética bullanguera aderezada con música discotequera, pero no lo es, se nos van dando la información necesaria, como el nuevo trabajo de Eric origina problemas en su entorno familiar mujer quiere saber en qué esta metido, surgiendo las discusiones frecuentemente.
El gran valor de la película reside en la interpretación de Chris Cooper, que da todo un recital. Su gesto reconcentrado, sus ojos desorbitados, sus pómulos fluctuantes. La puesta en escena acerada, gris, aséptica a juego con la personalidad de Robert, hacen de esta película una pequeña joya de nuestra cartelera, una película que marca bien los tiempos, que no se apresura en dinamitar la historia ni en llenar sus hechuras de artificio, para ocupar los espacios están las personas y sus diálogos. Ryan Phillippe, como Eric, se va haciendo como actor, si lo hemos visto en productos infumables, películas como esta, le darán las tablas para convertirse en un buen actor, si bien aún le queda mucho que aprender. Laura Linney (Kate), pasable en un rol arquetípico, de persona entregada a su país y embebida en su profesión.
Con respecto al juego que propone Robert de las cuatro verdades y una mentira, en la vida real, Robert ni grabó un video porno casero con su mujer ni estaba enamorado de la actriz Catherine Z Jone. !Qué conste en acta!