Título Original: «La Doublure».
Género: Comedia.
Dirección: Francis Veber.
Guión: Francis Veber.
Reparto: Gad Elmaleh, Alice Taglioni, Daniel Auteuil,
Kristin Scott Thomas, Richard Berry, Virginie Ledoyen, Dany Boon.
Fotografía: Robert Fraisse.
Música: Alexandre Desplat.
Producción: Patrice Ledoux.
Duración: 85.
Me he sonreido bastante con esta cómica película Francesa a cargo de Francis Veber, que dirigió también la comedia La cena de las idiotas (la cual es mucho mejor que esta que tenemos entre manos).
La cosa va de enredos. Un multimillonario, Levasseur, es cazado en la calle con su amante, llamada Elena y no se le ocurre mejor idea para convencer a su airada mujer, hecha un basilisco cuando ve a su marido y la joven rubia en la portada de una revista, de que todo es un bulo, de que la atractiva chica rubia de la foto no es su amante, si no la pareja del otro hombre que aparece en la foto y cuyo rostro ha sido puesto en nebulosa para ocultar su identidad.
Por tanto lo primero es localizar a este hombre, François Pignon. De él sabemos que se gana la vida como aparcachoques, que vive con otro compañero de trabajo en un discreto piso, y que la chica que le gusta desde que iban juntos al jardín de infancia le ha dado calabazas, echando por tierras su proyecto de pareja en común. El millonario pergeña un plan mediante el cual, François y Elena se harán pasar por una pareja, vivirán juntos durante una temporada, para demostrar que la chica no es la amante del multimillonario.
Se suceden entonces un aluvión de momentos cómicos, hilarantes la mayoría. Es un acierto el actor (Gad Elmaleh) que da vida a Pignon, que se parece bastante de Adrian Brody, y también a Manolete, el cual es bastante lelo, pues tiene cerca a Elena, una bella top-model y su mente y sus manos están en otra cosa; en la posibilidad de recuperar a su amada Émilie (Virginia Ledoyen). Alice Taglioni (Elena) muestra dotes para la comedia, además de dejar patente su espectacular físico. Sorprende ver a Daniel Auteuil en una comedia (después de Caché), haciendo un papel de un multimillonario patético, que quiere jugar a dos bandas; mantener a su mujer (su fortuna más bien) y acostarse con su joven amante, al tiempo que su empresa se va pique, con despidos masivos en el horizonte.
Francis Veber nos deja una película divertida, socarrona, liando la madeja con múltiples enredos, en situaciones en las que los espias son espiados, con buenos momentos cómicos, mofándose Veber de los empresarios infieles, de las bellas modelos, las cuales como dice Pignon, son de otra galaxia, una especie de marcianas que no podrían nunca entrar en contacto con las personas de carne hueso, y menos aún, con un aparcacoches de poca monta.
Pignon cae bien, se hace querer, con su cara de hombre pasmado, legal y enamorado, ajeno a los tejemanejes del trío Levasseur- Christine -Elena que al final ve cumplido su sueño.
El juego de los idiotas IMDB | Página oficial
Alice Taglioni | Filmografía | El farmaceútico de Guardia
¿Divertida?. Es un coñazo de película. Lo único interesante es la Taglioni que está más buena que un plato de tagliatelle al pesto. Auteuil está muy pasado de rosca. Y el prota demasiado empanado, albardadado o atorrijado. Este cine Francés me da sarpullido. Prefiero otras pelis como «Harry un amigo que os quiere». La cena de los idiotas si que era divertida, no hay comparación entre una y otra.