Espléndida serie rodada en gallego de la que ya os hablamos hace algún tiempo en esta reseña de El sabor de las margaritas y que nos lleva de nuevo a esas tierras gallegas de la que ya tuvimos grandes referencias en El desorden que dejas.
En esta serie Galicia en si no tiene tanto protagonismo como en la citada, pero se sigue desarrollando en unos paisajes en los que a cualquiera le gustarÃa pasar algo más que una larga temporada.
También hay una diferencia con aquella serie, y es que en El sabor de las margaritas, la coherencia de los hechos y el devenir de la historia nos lleva por un camino muy seguro y a pesar de que se ve en la producción que los medios han sido reducidos, la fuerza de su trama nos mantiene enganchados a la historia.
Una historia, adelantándome a los hechos, que se cierra bien, como debe hacerse, pero en el que dejan abierta una puerta a una segunda temporada, con una trama que en un principio parece ser la misma, pero es diferente. No sé si ha sido ya estrenada en la televisión gallega, pero aún no ha llegado a Netflix, donde sà podemos disfrutar de esta primera, el primer thriller gallego que se ha estrenado en Netflix, y con gran éxito.
La historia es la de una zona rural en la que a modo de chanza se dice desde un principio que nunca pasa nada. Realmente, según avanza la historia, nos damos cuenta de que cosas sà que pasan, pero o bien a la gente no le preocupan, o como también se dice, lo ocultan entre todos, en muchos casos, porque a todos les conviene.
En este caso, al pueblo de Muriás llega una guardia civil novata a la que han encargado de investigar el caso de una desaparición, la de una joven que trabajada en una gasolinera y que no parece desde un principio que fuera trigo limpio. La agente, Rosa Vargas (interpretada por una seria MarÃa Mera), también tiene unos fantasmas que la persiguen, figurada y literalmente, que toda la investigación le hace florecer aún más.
Tenemos en mayor o menor medida prostitución, satanismo, drogas, ajustes de cuentas, sobredosis, fiestas depravadas… que mejor que un lugar en el que nunca pasa nada para ocultar todo esto. Y para darle más auge, cada episodio comienza con unos versos de La Divina Comedia, de Dante. Como contraposición la religión siempre presente en las zonas rurales españolas, que se enfatiza con la visita a Santiago de Compostela del Papa.
Sà que es cierto que algunos personajes están algo estereotipados, como el jefe de la Guardia Civil, que se jubila en una semana, y eso suele ser un mal presagio, y estas tramas de corrupción en la que todos están implicados, con diferentes motivos y con gente por encima muy poderosa… ¿quizás sea algo más real de lo que creemos, y que no se dé solo en la ficción de las series? Ahà lo dejo.