Marta es una joven huérfana que vive en Torino (ciudad que reconoceremos por la presencia imponente de la Mole Antonelliana) junto a un joven gay y una joven lesbiana, quienes a pesar de sus diecinueve primaveras barajan la idea de tener un niño que criarán juntos.
Marta está aquejada de una grave enfermedad que reduce considerablemente su esperanza de vida. Ella lo sabe y elabora una lista con las cosas que quiere hacer antes de morir. Una de ellas es tener una cita con el chico más guapo. Este requisito lo cumple Arturo Salva, joven de familia acomodada, deportista (hace remo), buen estudiante.
Para el joven, en primera instancia, una cita con Marta, que no encaja en su canon de belleza, viene a ser como realizar una obra social. Pero el amor juega sus cartas, y lo que era una cita sin pretensiones, poco más que un ocioso pasatiempo, se convertirá en una historia de amor con todas las de la ley.
La historia transita por casi todos los tópicos de la comedia romántica. Ella es huérfana, pero tiene dos amigos que son como su familia, él tiene una familia pero se siente solo. Ella tiene la espada de Damocles sobre su cabeza pero es una joven feliz, vivaz, alegre, enérgica, divertida, positiva y él está en la plenitud de su existencia, no le falta nada en lo material, las mujeres se lo rifan, pero se siente vacÃo, y se ve viviendo una vida que no es la suya, acatando las órdenes de sus padres, de su clase social. Son, como vemos, dos polos totalmente opuestos que se atraen, mucho.
Marta es interpretada por la joven actriz Ludovica Francesconi, y me ha parecido lo mejor de la pelÃcula.
El final es el tÃpico happy end, relativo, no obstante, En el mejor momento (Sul piú bello), dejó la puerta abierta a una secuela que ya está en los cines de Italia: Ancora piú bello.