La primera pelÃcula de Abbe Hassan nos sitúa dentro del flujo migratorio, de las mafias que aprovechando la actual coyuntura (pensemos en guerras, catástrofes naturales o dictaduras), obligan a muchos a dejar sus hogares, buscando otros lugares en los que poder vivir.
Esto les sucede a una familia siria, formada por un matrimonio y sus tres hijas. Los padres huyen escondidos en un contenedor y las hijas en otro, emprenden la salida de Alepo. En un puerto interviene la policÃa y Amal logra escapar con un hombre, Sam, contrabandista de profesión.
Antes de cruzar la lÃnea y pasar al lado oscuro, Sam era una buena persona, y en el periplo con la espabilada y corajuda Amal, parece que las aciagas circunstancias (no tardaremos demasiado en saber qué ha sucedido con los padres de Amal) van a ser propicias para devolverle a Sam la humanidad perdida.
La pelÃcula es un continuo movimiento, pasando de TurquÃa a Grecia, más tarde a Bulgaria, para recalar finalmente en Suecia. Asà vemos desde dentro la vida en los campos de refugiados, ofreciendo incluso algún momento de normalidad y alegrÃa, como la boda que se celebra en aeropuerto abandonado de Atenas, aunque lo que más peso tiene en la historia es lo frágil y precaria que es la condición humana, más aún si se trata de una niña de trece años que camina sola por este mundo pródigo en asechanzas, y acompañada por Sam, en un continuo tira y afloja, dado que este no deja de tener en mente el negocio que se trae entre manos, tal que Amal serÃa una mercancÃa, algo que mover de un lado a otro, hasta que poco a poco la vea como lo que es: una niña que necesita, sino de sus cuidados, si de su protección y compañÃa.
El periplo de la pareja es toda una odisea y se creará una especial relación entre Amal y Sam. La niña pregunta inocentemente a Sam, y este contesta y se sincera, explicando las circunstancias que le empujaron a convertir el tráfico de personas en un lucrativo negocio para él.
Brillante resulta la interpretación de Jwan Algatami como Amal. Hay mucha quÃmica con su secuestrador, convertido en salvador, muy solvente el actor Ashraf Barhom.