Ferdinand (Carlos Saldanha)


Título original Ferdinand
Año 2017
Duración 106 min.
País Estados Unidos
Dirección Carlos Saldanha
Guion Robert L. Baird, Tim Federle, Brad Copeland (Historia: Ron Burch, David Kidd, Don Rhymer. Cuento: Munro Leaf)
Música John Powell
Fotografía Animation, Renato Falcão

Los niños seguirán queriendo ser de mayores futbolistas o astronautas, pero creo que a pocos les quedarán ganas de ser toreros después de ver esta película y no porque la película arremeta y se ensañe con los matadores de toros, sino más bien por el posicionamiento o claro alegato antitaurino encarnado en la piel de Ferdinand, un entrañable novillo que se sale de la manada y prefiere oler las flores a pisarlas, una suerte de toro que va contracorriente para quien la fama no pasa por salir a una plaza a ser ejecutado, como su padre y como tantos otros toros, cuyos cuernos verá colgados en la pared del cortijo donde los crían hasta que les llega su hora.

Ferdinand logra huir de la finca cuando es joven y ve que hay otra vida, que poco tiene que ver con el destino que los humanos asignan a los toros de lidia, aquello de que solo existen para ser sacrificados en una plaza ante un público ávido de sacrificio animal, tal que de no existir la tauromaquia no tendría su existencia ningún sentido. Lo mismo podríamos decir de muchas otras especies animales, a las que nadie o incordia e incluso de algunos humanos, pero ahí estamos todos juntos, haciendo cada uno lo que podemos, más allá de que las vidas de cada cual, examinadas o no, tengan algún sentido, sin que ello implique que nos deban ser arrebatadas por un fulano con traje de luces.

La película divierte y entretiene a partes iguales, y es sensible y tierna y no hace falta mucho para convertirte en un mar de lágrimas ante un final épico, que nos puede recordar a aquel joven desarmado que se enfrentaba a los tanques en Tiananmen ofreciendo su piel como arma.

Nuestra puntuación

Deja un comentario