El título del episodio hace referencia a cómo funcionan las parejas de agentes dentro de la organización: un “normal” junto a un “héroe”. Y es que en esta nueva temporada de momento no veo un argumento claro, por ahora parece que los villanos van haciendo de las suyas y tienen más protagonismo y los buenos se ven en la encrucijada de detenerlos por su propio bien.
Lo único que aúna un poco a todos es la idea del infeliz futuro que el regreso desde allí (desde el futuro) de Peter (el Peter malo) ha cambiado y que ha podido generar otros sucesos igual de malos.
En este capítulo, siguen con la idea de cuantos más personajes, mejor y reaparecen la madre biológica de la animadora Claire y el Haitiano, que ya no es compañero del padre de ella, ya que al Sr. Bennet le han buscado un nuevo e improbable compañero, que no voy a desvelar, hay que verlo para creerlo.
Además se empiezan a repetir los poderes, ya que Parkman, el poli bueno, que anda perdido en África, se encuentra con un pintor que pinta el futuro, ¿a qué les suena de algo? Efectivamente, aquel pintor de la primera temporada que acabó de mala manera y cuyo estudio es ahora el laboratorio de Mohinder Sureh, quien, por cierto, gracias a la abundancia de personajes, en este capítulo ni aparece, y eso que se quedó en situación crítica al final del anterior.
También hay otro poder que se repite, el de pegar gritos revienta paredes. Posiblemente no lo conoceréis si no habéis visto los webisodios que han precedido a esta temporada, pero en ellos había un cartero que tenía ese mismo “heroísmo”, o no sé como se llaman a estos poderes.
La ayudante del congresista anteriormente conocida como Niki parece ser que realmente no es Niki. La chica está descubriendo cual es su verdadera procedencia, y la clave la tiene un tal Dr. Zimmerman. Seguro que pronto la conocemos, ya que esa es la gran incógnita con la que acaba el episodio.