Rodar y acabar una película, me parece una obra titánica, con mucha gente implicada y que tiene mucho mérito completar. Es un arte, y el director es el que maneja todo. Pero si además en tu disciplina (aquí hablo de la dirección, pero me da igual cualquier otra del cine o de cualquier otro arte) logras imponer un estilo propio a tus obras, eso es ya algo sobresaliente.
No vamos a decir que no importa el resultado. Pero marcar estilo propio es en si un triunfo. Seguro que precisamente por eso habrá a mucha gente a la que no le guste, pero eso se da siempre, no se puede agradar y gustar a todo el mundo.
Este preámbulo para hablar de Historias Lamentables viene a cuento porque creo que Javier Fesser es uno de esos «autores» que imprime su sello a todas las películas que hace. La forma de hablar de los personajes, el colorido y el buen rollo que siempre transmite y esa sucesión de gags y de seres irrepetibles que van y vienen sin tregua, son su sello de identidad y lo que hace únicas sus películas y tan reconocibles. Incluso los títulos de sus creaciones lo son.
Y aquí no tenemos, nada más y nada menos, que eso, una película en la que unos personajes lamentables de por si se ven inmersos en situaciones aún más lamentables.
Todas ellas ponen a estos penosos seres en situaciones en las que ellos mismos meten la pata hasta el fondo y se hunden cada vez más en el fango. Pero en todos los casos se da la circunstancia de que lo que los demás vemos como insulso y tontuno, para ellos es la vida cotidiana y se entregan a ese destino incluso con una sonrisa en la boca.
Eso le sucede al veraneante Bermejo, un hombre metódico al que un pequeño cambio en su rutina le traerá toda la película intentando volver a su punto de partida. O a Ramón, un joven dispuesto a heredar un imperio que su padre levantó de la nada, pero que le viene grande. También vemos a Ayoub, un sin papeles al que una mujer le hace la vida imposible. La última de las cuatro historias es la de Alipio, un empresario ludópata e ingenuo que se mete en un gran lío para intentar salir de otro.
Las 4 historias son independientes, aunque tenemos pequeños cruces de personajes en algunos puntos, sobre todo en el epílogo final que nos muestra la sencillez de estos personajes que están alegres en su inmundicia. Algunas son caras conocidas en el mundo de Fesser y os sonarán de otras de sus películas.
Una película para ver sin prejuicios y como digo, muy Fesser. Consiguió 3 nominaciones a los Goya, que no es moco de pavo.