Dirección: Jonathan Liebesman.
País: USA.
Año: 2006.
Duración: 91 min.
Género: Terror.
Interpretación: Jordana Brewster (Chrissie), Taylor Handley (Dean), Diora Baird (Bailey), Matt Bomer (Eric), Lee Tergesen (Holden), R. Lee Ermey (sheriff Hoyt), Andrew Bryniarski (Thomas Hewitt/Leatherface), Terrence Evans (Monty), Kathy Lamkin, Marietta Marich (Luda Mae), Cyia Batten (Alex), Lew Temple (sheriff Winston).
Guión: Sheldon Turner; basado en un argumento de Sheldon Turner y David J. Schow.
Producción: Michael Bay, Mike Fleiss, Andrew Form, Brad Fuller, Tobe Hooper y Kim Henkel.
Música: Steve Jablonsky.
Fotografía: Lukas Ettlin.
Montaje: Jonathan Chibnall.
Diseño de producción: Marco Rubeo.
Vestuario: Mari-An Ceo.
Una vez exprimidas las sagas, con un alud de secuelas, se llevan ahora las precuelas, a ver si cuela. Hannibal el origen del mal, no estuvo nada mal. Ahora le toca el turno a La matanza de texas, clásico del cine de terror. Si pensamos en La matanza de texas (hechos reales), lo asociamos a motosierras. La acción transcurre a finales de los sesenta, cuando los Estados Unidos están enviando jóvenes a Vietnam. Dos hermanos con sus respectivas novias, hacen un viaje, con tal mala suerte que caerán en las manos de unos pirados, ávidos de sangre.
Se agradece que la película entre en harina casi desde el comienzo. No hay mucho margen para la imaginación, pues intuimos qué va a pasar, lo que hay que dilucidar es el cómo. La película no defrauda, y ofrece sangre, vísceras, motosierras, amputaciones, todo con un toque brutal que hare las delicias de los amantes del «gore».
De los actores poco se puede decir, porque están a cual peor. Chrissie, se lleva la palma. En lugar de estar acojonada, o enrabietada, tiene una cara de estreñimiento que es todo lo que es capaz de plasmar en pantalla. Los diálogos, solo permiten que les cojamos paquete a los protagonistas y así su muerte no nos resulte tan desagradable. R. Lee Ermey borda su papel de pirado, como sheriff autoimpuesto.
La otra chica, es la actriz Diora Baird, la cual muestra sus curvas, gracias a un generoso escote y al comienzo de la película sale retozando con su noviete. Luego tiene poco peso específico en la película, más allá de le que le arranquen la lengua y varios dientes.
Su escasa duración, hora y media, los efectos especiales y no dar gato por liebre la hacen pasable, si bien nada aporta a la original. Esa sí que daba miedo. Michael Bay, la produce. No faltan los golpes de humor, como esa operación de cirugía con motosierra, con la que emparejar las piernas a amputar.