Dirección: Gore Verbinski.
País: USA.
Año: 2002. Duración: 109 min.
Interpretación: Naomi Watts (Rachel Keller), Martin Henderson (Noah), David Dorfman (Aidan Keller), Brian Cox (Richard Morgan), Lindsay Frost (Ruth), Amber Tamblyn (Katie), Rachael Bella (Becca), Daveigh Chase (Samara Morgan), Shannon Cochran, Sasha Barrese (Sarah), Joe Chrest (Doctor Scott).
Guión: Ehren Kruger; basado en la novela ‘Ringu’ de Kôji Suzuki y el guión de Hiroshi Takahashi para la película japonesa ‘The ring. El círculo’ (Ringu; 1998).
Producción: Laurie McDonald y Walter F. Parkes.
Música: Hans Zimmer.
Fotografía: Bojan Bazelli.
Montaje: Craig Wood.
Diseño de producción: Tom Duffield
Película catalogable dentro del género de suspense, la cual es un remake de una película Japonesa llamada Ringu que se llevó los premios a la Mejor Película y a los Mejores Efectos Visuales en el Festival de Sitges de 1999.
No he visto la Japonesa, así que no puedo compararlas. El argumento de la cinta consiste en que tras ver una película de video, quien la ve, oye una llamada de teléfono que le dice «siete días» y al cabo de ese plazo de tiempo muere.
La primera en caer es una joven adolescente y sus tres amigos que han visto la película en una localidad ubicada en un bosque. Su tía, Rachel, que es periodista se pone manos a la obra para tratar de averiguar el origen de la cinta.
Tras visionarla también oye la llamada, y la cuenta atrás comienza. Su empeño es máximo ya que su hijo y su ex-marido, Noah, también la ven, así que la vida de todos ellos pende de un hilo. En compañía del ex-marido el cual es un artista de las videocámaras van atando cabos en relación al origen de la cinta. Las distintas imágenes que forman parte del video van tomando sentido a medida que van indagando, conociendo los lugares, los sitios, y las personas que son parte del terrorífico video. Vemos caballos, graneros, caballerizas, faros, hospitales psiquiátricos una casa y un hombre en la ventana, un árbol sin hojas, un pozo y una ñina maligna que no controla su maldad ni sus devastadoras y mortales consecuencias.
La película acusa un doblaje deslabazado, y aunque entretiene le falta bastante ritmo, haciéndose algunas escenas bastante farragosas. El niño, como siempre tiene cara de circunstancias y se dirige a la madre por su nombre. Naomi Watts en su papel de madre resolutiva está bien en su empeño de desvelar el misterio y evitar la profecía de la llamada. Pocos más personajes intervienen en la película a excepción de Samara, la niña maligna y sus padres.
Asusta en momentos concretos y puntuales (ver los caretos de los difuntos, por ejemplo) pero la sensación de angustia y desazón está bien dosificada mediante las imágenes que salen en el video letal como: gusanos, espejos, caballos ahogados, figuras geométricas en penumbra, escaleras que traen mala suerte, y sobre toda la niña con el pelo echado hacia delante, y las imágenes de ésta, internada y atada a una silla en un hospital acuciada por el doctor a que explique porqué causa el mal a quien tiene alrededor.
La madre acabó loca y el padre corre un suerte pareja. Toma un rumbo distinto a Scream o Sé lo que hicisteis el último verano, pues logra una mayor tensión y angustia que no pasa por grititos a media noche de jóvenes descerebrados con las neuronas a punto de nieve, pero no es una gran película de suspense o terror ni mucho menos, aunque la premisa es tentadora, ¿que harías si te dicen que viendo una película de video sin etiqueta ni referencia alguna vas a morir en siete días?.
Probablemente nos vencería la curiosidad. De todos modos es conocido que la televisión mata, antes o después, o nos destroza el cerebro día a día, visto el percal.