Director: Larysa Kondracki
TÃtulo original: The Whistleblower
Duración: 112 minutos
Género: Drama
Nacionalidad: Canadá
Año: 2010
Elenco: Rachel Weisz , Benedict Cumberbatch , Monica Bellucci , Vanessa Redgrave
Kathryn Bolkovac es una policÃa americana a quien se le presenta la ocasión de ganar un dinero extra, que le permitirÃa trasladar su domicilio cerca de donde vive su exmarido junto a sus dos hijas, dado que tras la separación su ex obtuvo la custodia.
Kathryn Bolkovac, se marcha entonces unos meses a Sarajevo, en misión de paz, dentro de una organización que subcontrata la ONU, como casco azul, junto a hombres y mujeres de otras nacionalidades. Los que allà llegan no se enteran de nada, no saben distinguir a los bosnios de los croatas o de los serbios, no saben nada de sus luchas intestinas ancestrales y ven aquello como unas vacaciones pagadas, donde hacer turismo (sexual para muchos de ellos) y llenarse los bolsillos.
Llegan allà estas tropas pacificadoras al poco de acabar la guerra, con las heridas abiertas entre la población, con los cadáveres recién enterrados y todavÃa calientes, en una situación que no es otra cosa que un polvorÃn.
A las fuerzas de paz allà destinadas, lejos de martirizarse con tal aciaga situación, no se les ocurre nada mejor que aprovechar el viento de cara y dejarse corromper en todos sus aspectos, bebiendo, follando. A Dios gracias que documentarán gráficamente sus tropelÃas sexuales, lo cual les estallará luego en la cara.
Kathryn Bolkovac descubre que muchos de estos agentes de la ley están conchavados con los corruptos policÃas locales, que a cambio de sobornos, hacen la vista gorda ante el tráfico sexual de jóvenes que son engañadas con promesas de trabajo, para una vez desprovistas de sus pasaportes, convertirse en esclavas sexuales, confiadas en las traseras de bares, donde moran hacinadas, en un estado deplorable, o encadenadas, como si fueran bestias inmundas, siendo la humillación, las torturas y vejaciones, la falta de cualquier esperanza, su pan de cada dÃa, viviendo en un estado de pánico y miedo que las deja paralizadas.
Kathryn Bolkovac, ve todo aquello y decide tomar partido. Algo anómalo, porque la situación es evidente y conocida por casi todos, pero nadie quiere mover un dedo para evitarlo. La ONU no quiere tener lÃos con las autoridades locales, los agentes no hacen nada porque están en el ajo, etc….
El arrojo y la determinación de Kathryn Bolkovac le permitirá hacer público todo aquello. Esto le supondrá la rescisión de su contrato con la ONU, pero al menos se irá con la conciencia tranquila. Los implicados que tiene inmunidad vuelven a sus paÃses sin ser juzgados, yéndose de rositas, después de haber participado en ese tráfico sexual. La empresa concesionaria, tras este escándalo siguió contando con el apoyo de las autoridades americanas en otras reconstrucciones de paÃses, previamente arrasadas por ellos mismos, como Irak, asà que las cosas rara vez cambian.
En resumen, La verdad oculta, explicita, con buen pulso, lo peor de la naturaleza humana, su estado de corrupción en todos los niveles.
Además todo lo que vemos son eslabones de una misma cadena: en un bar, unos malnacidos se acuestan con una joven (obligada a prostituirse para pagar deudas la mayorÃa de las veces impagables) porque tiempo atrás, sus propios familiares (padres, tÃos, cuñados…) las enviaron engañadas, a trabajar (legalmente les dijeron), con las mafias locales, a cambio de un dinerillo, que obtenÃan sus familias.
Perder la dignidad humana, disponer asà de otras vidas, por tener a cambio una televisión de plasma, un equipo de música, un vestido de marca, es triste, muy triste, pero eso somos. Ni más ni menos.