Lola la película crítica

Dirección: Miguel Hermoso.
País: España.
Año: 2007.
Duración: 100 min.
Género: Biopic, drama.
Interpretación: Gala Évora (Lola Flores), Ana Fernández (Rosario), José Luis García Pérez (Manolo Caracol), Carlos Hipólito (Arenzana), Antonio Morales (Perico González), David Arnaiz (Carlitos), Alfonso Begara (Antonio González ‘El Pescaílla’), Joaquín Romero (Manolo Solo), Ramón Villegas (Biosca), Kitty Manver (Mari Blanca).
Guión: Antonio Onetti.
Producción: Tedy Villalba y Agustí Mezquida.
Música: Víctor Reyes.
Fotografía: Hans Burmann.
Montaje: Koldo Idígoras.
Dirección artística: Wolfgang Burmann.
Vestuario: Sonia Grande.

Lola Flores acercó el flamenco al pueblo y popularizó el baile con su energía que se desparramaba por el escenario y calaba en los espectadores entregados. Se buscó las habichuelas muy pronto. Desde niña quería bailar, mover brazos y piernas y expresarse con su cuerpo y su voz. Tenía eso que se dice madera de artista, el duende del genio. A eso hay que sumar su ambición. No tuvo reparos en ir del brazo de un señor adinerado, Arenzana, que le permitiría crear su compañía y compartir escenario junto a Manolo Caracol. Tuvo también un asunto amoroso con Joaquín, propietario de una compañía musical que le permitió subirse al escenario repetidas veces y cantar «el lerele», aumentando así su popularidad, si bien pagó peaje abortando voluntariamente cuando Joaquín se negó a asumir su paternidad.

Lola apostó y ganó, si entendemos ganar por ser el mejor en su profesión, cumplir su sueño de ser artista y recibir toneladas de aplausos encima de un escenario. No todo fue un camino de rosas. Lola y su familia dejaron su pueblo, Jerez de la Frontera, para trasladarse a Madrid y abrirse camino en el difícil mundo de la farándula. Sus inicios no serán fáciles; actuará en pueblos de mala muerte, en locales donde a nadie le interesa oirla cantar, su familia pasará calamidades económicas y sufrirán estrecheces. El padre buscará trabajo friendo pescado en un local, la madre dejándose los ojos sobre una máquina de coser. Pero todo curte y ensancha las espaldas del artista. Lola supo rodearse de la gente apropiada, escalones necesarios para alcanzar lo alto de la escalera, desde donde todos la veían y jaleaban.

Gala Évora es Lola FloresLa madre de Lola, Rosario (estupenda Ana Fernández) sufrirá lo indecible por todo lo que se publicaba en las revistas de su hija: sus aventuras amorosas con Rafael Torres (torero de moda), sus altercados con el Caracol (al caracol no le pone los cuernos nadie, y no vas a ser tú la primera).Lo sé de buena tinta, dice la madre. Pues será de calamar, replica Lola (Imperio de Jerez) airada, cuando la madre le comenta su malestar. Ya sabemos que lo que convierte a un hombre en un Don Juan a una mujer le supone el apelativo de putón verbenero.

Los hombres que están con Lola, cuando ella les habla de matrimonio se retraen, como los cangrejos, escondiendo la cabeza bajo el caparazón: Joaquín, Manolo Caracol, Arenzana (Carlos Hipólito), Rafael Torres, el futbolista del F.C Barcelona Gustavo Biosca. Todos ellos. Sólo quieren retozar con Lola sin compromiso alguno, atraídos por su gracia y salero, por la figura que representa, por la artista laureada, en boca de todos. Algunos están casados y para ellos solo es un rollete sin ninguna trascendencia, pero Lola cae en su error una y otra vez, buscando un hombre que la lleve al altar, que la quiera lo suficiente, acumulando desamores y portazos en las narices que la llevan a abrazar las olas pidiendo otra oportunidad. En el mar proceloso todos vamos a la deriva, en pateras, hasta que a veces arribamos a una playa, donde alguien nos recibe con los brazos abiertos y una toalla y nos dice «te amaré siempre», moviendo la cola de la pescaílla y dando palmas.

La película acaba con Lola dando a luz a su primera hija, Lolita, a finales de los cincuenta, en 1958, Lola tenía 35 años . A Lola la recuerdo ya en sus últimos años, cuando sus días de gloria ya pasaron, en programas de televisión como presentadora, portadas en muchos periódicos por no cumplir sus obligaciones tributarias. El desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento dice la ley, pero Lola debía pensar que los artistas como ella, quedaban exentos de pagar impuestos y eso que como se ve en la película firmó un contrato por seis millones de pesetas, de las de entonces para una gira de dos años por Lationamérica junto a Carmen Sevilla, una cantidad elevadísima esos años.

El espíritu de Lola sigue vivo con sus hijos, el malogrado Antonio Flores, Lolita y Rosario Flores que si bien no han logrado la popularidad de su progenitora (Lola sólo hay una), se han hecho un hueco en el negocio, con sus discos, películas y trabajos en el medio televisivo.

La película está dirigida por Manuel Hermoso. Diré que me ha gustado, me ha resultado briosa, no carga en ningún momento y logra momentos de gran intensidad, ya sea en las discusiones como en los momentos dramáticos de ese corazón sangrante que supura desamor. Gala Évora, como Lola está muy convincente ya sea sobre el escenario como en el cara a cara con sus amantes. Exuda fuerza y garra. Le secunda Jose Luís García Pérez (ese Manolo Caracol de voz cazallera y carácter explosivo, visto en películas como Cachorro, Los aires difíciles o en la obra teatral Closer). Lo que no funciona muy bien son las actuaciones en directo, si bien la mímica es buena, el playback resta fuerza a las mismas, sin permitirnos conectar con la música y letra. De todas maneras no es este un musical así que esto que apunto es un mal menor.

Conocemos mejor a Lola gracias a la película, si bien sesgadamente dirán los que la conocieron en vida, desde su infancia hasta su momento de gloria. Al final lo que nos queda de un artista es su legado artístico (canciones, libros, esculturas,..), y ahí Lola creó escuela y fue única e irrepetible, más allá de sus devaneos sexuales y sus problemas fiscales. Lola será recordada porque fue una trabajadora infatigable, un torbellino sobre el escenario, una mujer que iba contra viento y marea buscando su felicidad, de colchón en colchón, sin veladuras, que quería hacer las cosas a su manera, a su debido tiempo sin que nadie (ni la sociedad ni su familia) le marcara los tiempos, un espíritu libertario, espejo en el que pueden reflejarse las mujeres deshinbidas, luchadoras, intrépidas, independientes, teniendo en cuenta que hablamos de los años cincuenta en la España del régimen Franquista. Desgraciadamente aún hoy su actitud amorosa sería objeto de reproches y agravios. Han pasado cinco décadas pero muchas cosas no cambian; el macho sigue marcando su territorio con orina y alzando la voz y muchas veces el cuchillo. A la prensa me remito.

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Nuestra puntuación

5 comentarios en «Lola la película crítica»

  1. Me parece una excelentísima idea llevar la historia de La Faraona al cine, me parece muy emocionante y emotivo.
    Me encataría ver esa película y hasta tenerla.
    Considero que la historia en general de Lola Flores, desde lo más puro hasta lo más controversial, es una inmensa inspiración al arte. Creo que Lola Flores perfectamente puede ser otro de esos grandiosos personajes que han marcado y enriquecido la historia, …historia que plasmada cinematográficamente puede ser un rotundo y absoluto éxito de taquilla, el reconocimiento y premiación a una serie de igualmente profesionales y maravillosos artista, y uno de los más grandes legados y orgullos de una cultura conformada por historia y arte.

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