Jorge nos hablaba recientemente de esta serie en este enlace.
Al igual que en la serie La Valla, nos situamos en el futuro, un futuro que aquà parece próximo. Un grupo empresarial pone al frente por decisión del fallecido gerente a un perfecto desconocido, o no a la persona que todos tenÃan en mente. Sorprendido y disfrutando de este soplo de la fortuna el susodicho, que atiende al nombre de VÃctor Genovés, recibe un sobre lacrado en el que le instan a abonar 50 millones de euros, en cómodos plazos de cinco millones, porque en el caso de no hacerlo, irán sacrificando personas al azar.
La serie se mueve todo el tiempo en el plano moral. Y el interés de la misma radica precisamente en eso, en ver cómo actuará Genovés, si pagará o no. Si dejará que haya algunas muertes hasta que se decida a actuar. Si se le plantearán otras posibilidades. En todo caso esta miniserie, que hubiera ganado bastante siendo más concisa, incluso como una pelÃcula de unas 2 horas y media, lleva a las personas a situaciones lÃmite, haciéndoles explorar los lÃmites de su moralidad, del bien y el mal. El ansia de poder, la fuerza del amor, la ambición, la necesidad por encima de todo de quererlo tener todo controlado por parte de Genovés, marcarán el compás de sus acciones y decisiones. En la trama se inscribe una relación amorosa, la que Genovés, mantiene con una aguerrida periodista, la cual siempre va con la verdad por delante, que no sabe callarse ante la injusticia.
Estos presupuestos (o mejor precipicios) morales me recuerdan esa clase de relatos en los que un mandamás nazi llega una aldea, entra en una casa y le dice al padre que elija a cuál de los dos hijos quiere salvar. El nazi matará al hijo que el padre querÃa salvar. Será el hijo menos deseado el que deba sobrevivir lo que le queda de existencia junto a su padre.
La serie la dirige Mateo Gil, y uno de los grandes alicientes es ver en pantalla a Luis Tosar y Guillermo Toledo.
En definitiva la serie plantea la existencia de un grupo de personas, que parecen controlarlo todo y mover los hilos de los demás que son meramente marionetas al servicio del poder y el dinero.