Dirección: Gabriele Salvatores.
País: Italia.
Año: 2005.
Duración: 105 min.
Género: Drama, thriller.
Interpretación: Angela Baraldi (Giorgia Cantini), Gigio Alberti (Andrea Berti), Claudia Zanella (Ada Cantini), Andrea Renzi (comisario Bruni), Elio Germano (Lucio Cantini), Luigi Burruano (capitán Contini), Alessandra D’Elia (Anna Loy).
Guión: Fabio Scamoni y Gabriele Salvatores; basado en la novela de Grazia Verasani.
Producción: Maurizio Totti.
Música: Ezio Bosso.
Fotografía: Italo Petriccione.
Montaje: Claudio di Mauro.
Dirección artística: Rita Rabassini.
Vestuario: Patrizia Chericoni y Florence Emir.
El suicidio de Ada hace 16 años sigue aún hoy quitándole a su hermana Giorgia el sueño. La herida sigue abierta, y Giorgia que se gana la vida como investigadora, destrozando la vida de los otros con sus fotografías comprometedoras, y la cual vive sola con su gato, trata de lamerse esas heridas buscando respuesta a las preguntas que la atormentan. ¿Por qué se suicidó su hermana?. ¿Estaba sóla aquella noche?. ¿Fue en verdad un suicidio?.
Giorgia ayudada por el Comisario Bruni (interpretado por Andrea Renzi visto en L´uomo in piú y La Spettatrice) interesado en ella, obtendrá valiosa información sobre las circunstancias en las que encontraron el delgado cuerpo de su hermana, con signos de violencia y drogas en la sangre.
La llama negra del recuerdo se aviva cuando Giorgia reciba en su domicilio una caja con grabaciones de video en las que aparece su hermana hablando ante la cámara, dando cuenta de sus frustaciones y sueños rotos, enseñoreándose en la derrota, en su fracasada carrera como actriz, la plasmación de su personal vía crucis, su afición desmedidad por el alcohol, las drogas y el sexo arribista, compartiendo el catre con cualquiera que le pueda dar un papel (no de fumar, que de eso va sobrada) sino de actriz.
Giorgia y su hermana Ada sufrieron la desgracia, cuando eran unas niñas, de perder a su madre que se precipitó desde la azotea. Ada sabe más cosas, de las que no hace partícipe a Giorgia para no hacerla sufrir, que se desvelarán al final. El padre de ellas, al que Giorgia llama el Capitán, es un hombre serio e implacable, que oculta cosas, y rumia su tristeza en soledad, al tiempo que suelta frases como estas: «no se puede jugar con el pasado, sobre todo si ese pasado no es el tuyo» o «el dolor encuentra siempre el camino de regreso a casa», cuando Giorgia quiere saber más cosas sobre la muerte de su hermana, en la que como se irá viendo el padre tiene cosas que ocultar y una participación indirecta en su triste final.
Giorgia se trasladará a Roma donde Ada caminó por el lado más salvaje de la vida. En la cinta nombra a un tal A, pero no saben quien es. El azar hará que ese A, Andrea Berti profesor universatario y escritor de éxito se meta en su cama, hasta que Giorgia, tras visionar «El último tango en París» descubra que fue él quien estuvo con Ada la noche que murió, con el que compartió seis meses de su vida hasta que se colgó.
La película no desdeña el humor negro, como cuando Giorgia, en Roma, va a visitar el piso donde vivía su hermana diciendo a las jóvenes que la habitan, que es una inspectora y viene a ver una fuga. Cuando las inquilinas miran una tubería próxima al techo y le dicen a Giorgia.
espero no se nos caiga encima. Giorgia, replica, no, es muy sólida (fue esa tubería en la que se ahorcó Ada).
A las frases lapidarias del Capitán sumanos los proverbios chinos de Mel, dueño de su Pub on the road, donde Giorgia se enjuaga el gaznate con alcohol, tales como: Una flor germina sólo si se entierra la semilla. Proverbio que Giorgia interpreta correctamente pues enseguida se dará un revolcón con Andrea (si bien hemos de entender que lo de la semilla es algo metafórico, pues suponemos que lo hacen con condón).
Giorgia ve como además de Andrea también Bruni la desea, la corteja y la invita a cenar, pero como le dice su ayudante Lucio, su mal entendida fortaleza, su no dejarse ayudar crea a menudo un muro infranqueable a cuyo sombra Giorgia ha ido acumulando los años perdidos, sus fustraciones y tormentos, nadando en su soledad.
Finalmente Anna Loy una de las amigas de Ada que hace striptease en un club, a la que Giorgia conoce cuando va a Roma, le hace llegar la cámara de video de Ada y una película de Fritz Lang, que Giorgia, aunque no le gusta nada el cine, comienza a ver para irse de parranda con Bruni en el preciso momento el que se desvela el misterio de la muerte de Giorgia, pero para entonces Giorgia ha decidido romper con su pasado, y mirar al frente, vivir su vida desde ya, y lo que haya pasado, pasado está, como era el deseo de Ada que casualmente llega a cumplirse.
Mediterráneo, de Salvatores es una de mis películas favoritas, su trilogía sobre la huída (Marrakech Express, Puerto escondido y Turné) y Non ho paura, son estupendas películas y con Quo Vadis Baby, huyendo de cualquier autocomplacencia, Salvatores, arriesga con una película intimista, oscurantista, sombría y sórdida, de personas desoladas, marcadas por su pasado, que sufren en soledad, pero a las cuales el director les abre un puerta para la esperanza. No es la mejor película de Salvatores pero deja su impronta, inserta sus referencias cinéfilas en una trabajo nada comercial, áspero a la vista, donde las imágenes de la desgraciada Ada en el monitor, electrizan y repelen como el chirríar de nuestros tímpanos al rascar las uñas sobre la pizarra.