Reparto (Voces original/español): Patton Oswalt/Guillermo Romero (Remy), Ian Holm/Carlos Isbert (Skinner), Lou Romano/Fernando Cabrera (Linguini), Brian Dennehy/Juan Amador Pulido (Django), Peter O’Toole/Luis Mas (Ego), Brad Garrett/Héctor Cantolla (Gusteau), Janeane Garofalo/Inés Blázquez (Colette), Will Arnett/Jesús Carrasco (Horst), Julius Callahan/Álvaro Navarro (Lalo), James Remar/Abraham Aguilar (Larousse).
Guión: Brad Bird; basado en un argumento de Jan Pinkava, Jim Capobianco y Brad Bird.
Producción: Brad Lewis.
Producción ejecutiva: John Lasseter y Andrew Stanton.
Música: Michael Giacchino.
Montaje: Darren Holmes.
USA 2007
Esta película (aunque sea de animación) viene a confirmar un mito del cine: desde todas las ventanas de todas las habitaciones de todo París, se ve la Torre Eiffel. Ya Popeye Doyle nos habló recién de ella.
La gracia de esta película es la de siempre en los dibujos animados del cine actual y que han heredado de las clásicas fábulas de la literatura de toda la vida: humanizar personajes animales.
El protagonista es una rata, uno de los peores animales que uno puede encontrarse en una cocina. Pero esta rata sueña con convertirse en cocinero. Le apasiona la buena cocina y al contrario que sus compañeras rechaza la basura y andar robando alimentos. Lo que quiere es recolectarlos y cocinarlos, saborearlos y degustarlos y hacer que los demás sientan la misma pasión por su comida que ella misma siente.
La rata es descubierta en la cocina y el joven es encargado de matarla, pero no puede hacerlo y al descubrir que le puede entender y que cuando la pilló estaba cocinando, se da entre ellos una simbiosis muy particular: la rata cocina y él la mantiene oculta. Gracias a ello la rata consigue hacer realidad su sueño y el joven hace aumentar su estatus en el restaurante.
La película es entretenida, la historia te da igual que sea creíble o no, es animación, empiezas a disfrutar de ella y ni te planteas lo absurdo que pueda llegar a ser que una rata tirando del pelo de un humano logre manejar todos sus movimientos.
No tengo muy claro que a los niños les parezca tan divertida. Ver a una rata tirando del pelo a un tío les hará gracia, pero en la película no abundan los porrazos ni las risas facilonas. El mensaje que hay debajo de la superficie de valores familiares, ego, compañerismo, reconocimiento por el trabajo bien hecho y esas cosas no creo que lleguen a absorberlo.
Me da la impresión de han querido hacer una película con más argumento del habitual, pero en algunos puntos se han quedado a medias.
En cuanto a la calidad de la animación, nada que objetar. No han intentado que los humanos sean hiperrealistas, eso está bien, pero sus movimientos y los de las ratas están muy bien hechos. En el apartado técnico sobre cuantos pelos componen la rata, la renderización y esas cosas prefiero no meterme, pero toda la animación es excelente.
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