En Repulsión (1965), de Roman Polanski, una joven llamada Carol mantiene una distante relación con su pretendiente. Algo hay ahí escondido que le hace mostrarse temerosa y huidiza. Poco a poco en un creciente clímax iremos viendo qué es lo que ha sucedido para que Carol se comporte así.
En el salón de belleza donde trabaja comete acciones inexplicables con sus clientas y poco después cuando la hermana con la que vive en Londres se va de vacaciones es cuando Carol comienza a entregarse sin remisión a todos los temores que la consumen y desequilibran.
Una jovencísima Catherine Deneuve de 22 años da vida a Carol y su rostro plasma muy bien su estado emocional. La mente de la joven ve cosas inexistentes que la aterrorizan y llega un momento en el que todo se le irá de las manos hasta llegar al climax del que hablaba en el comienzo.
El efectivo uso de la música de Chico Hamilton, los primeros planos de Carol y la manera en la que Polanski logra a través de imágenes en blanco y negro dibujar la mente de Carol la convierten en una plausible obra de terror.