Otro de esos magníficos cortos que sabe hacer Pixar. En este caso se proyectó en cines junto a Los Increíbles, y tiene poco de realismo, los protagonistas son simpáticos animales y en concreto una oveja lanuda a la que esquilan y dejan en nada que se dedica a saltar y bailar mientras el narrador va hablando con rimas.
En él se da la curiosa circunstancia de ver varias referencias a otras películas de Pixar. Por ejemplo, el brazo que se ve en un momento dado, es el mismo que el del dentista de Buscando a Nemo, o aparece también el Ford Modelo T que luego sería uno de los habitantes del pueblo donde se desarrolla Cars. También se ahorraron algo en la creación de personajes, haciendo el buho con la base del perro de los perros de las praderas que aparecen, modificándolos un poco.
La roca donde vive el cordero la llamaron Guggenheim Rock, porque tiene la forma del Museo Guggenheim de Nueva York, obra de Frank Lloyd Wright (el de Bilbao de Ghery les hubiera costado más de hacer).
Fue nominado al Oscar como corto de animación.
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