Si te gustan las series de intriga, asesinatos e investigación policial, puede que esta sea tu serie. El peso de las interpretaciones, muy teatrales, eso sÃ, recae sobre las 2 parejas (cruzadas) protagonistas y el inspector que está investigando el caso, Godoy (Enrique Villén).
Cual partida de poker, la acción se centra en las dobles parejas formadas por Cristina (Natalia Verbeke) y Sergio (Miquel Fernández) por un lado, de orÃgenes humildes pero alegres por tenerse el uno al otro y Rebeca (Cristina Plazas) y Daniel (Oriol Tarrasón) de otro. Daniel es de la ilustre familia Becker, dueños de la universidad donde ambos trabajan y el casoplón que tienen da un idea de su poder adquisitivo.
Cristina y Rebeca se vuelven a juntar en una fiesta de antiguos alumnos y ahà retoman una vieja amistad que se desdibujó años atrás. Cristina es profesora en busca de trabajo y Rebeca la rectora de la universidad, asà que todo cuadra para que Cristina empiece a dar clases y se arrejunte al grupo elitista que rodea a su amiga. Pero a su marido Sergio no le caen muy bien y los problemas empiezan en ese momento, cuando Además Cristina y Oriol empiezan a sentir una irremediable atracción fatal.
En ese sentido la serie un punto de crÃtica social al pijerÃo que se da en algunos sectores y a como los de fuera son vistos con recelo y como de menor casta que el resto.
Pero todo eso sucedió tiempo atrás, ya que en el momento en que se nos empieza a contar la historia Cristina ha aparecido muerta cerca del coche en el que parecÃa viajar con Oriol, que está muy grave.
La verdad es que prefiero no contar demasiado de la historia, porque es uno de los puntos fuertes de la historia. O débiles, según se mire. Cristina investiga unos extraños sucesos en la universidad que acabaron con la muerte de varios alumnos, una de ellas delante suyo, a la vez que mantiene el idilio con el marido de su amiga. Las sospechas, como es clásico en este tipo de series, van pasando de uno a otro personaje, para volver de forma circular a ponerlos en el punto de mira según vamos conociendo nueva información.
La información nos la proporciona principalmente el inspector que investiga el caso, Godoy, interpretado de forma magnÃfica por Enrique Villén. Es de los personajes que más me gustan de la serie.
Además en la serie, cual reality que se precie, se van viendo fragmentos de entrevistas a todos los personajes, sobre todo a los secundarios, que nos van dando explicaciones de lo sucedido. Puede que le de más un aspecto documental o de realismo, pero para mi es una forma no muy acertada de intentar dar un estilo a la trama que deberÃa darse con acciones y no con explicaciones.
Por buscarle un punto flaco, me parece también que da muchas vueltas sobre lo mismo. Vale que en una investigación policial como la que lleva Godoy es necesario dar vueltas y más vueltas para quedarse con diferentes detalles cada vez, poner nerviosos a los implicados y sacar información que lleve a descubrir la verdad, pero se hace algo pesado en algunos casos. Una vez más, me da la sensación de que han estirado innecesariamente la trama para poder pasar de una pelÃcula larga a una serie.
Además como ya he dicho, las interpretaciones son teatrales a más no poder. Me imagino en cualquier lugar preguntando algo a alguien y que me respondan como lo hacen los personajes de la serie y la verdad es que me la risa. Ya es exagerado en actores como Pep Anton Muñoz, actor de doblaje al que casi no pega en pantalla oÃr su voz a la vez que lo estás viendo. Es un grande del doblaje pero queda un tanto sobreactuado en sus interpretaciones.