Dirección: Sam Raimi.
Reparto: Tobey Maguire (Peter Parker/Spider-Man), Kirsten Dunst (Mary Jane Watson), James Franco (Harry Osborn), Thomas Haden Church (Flint Marko/Hombre de Arena), Topher Grace (Eddie Brock/Venom), Bryce Dallas Howard (Gwen Stacy), James Cromwell (capitán George Stacy), Rosemary Harris (tía May), J.K. Simmons (J. Jonah Jameson).
Guión: Sam Raimi, Ivan Raimi y Alvin Sargent; basado en un argumento de Sam Raimi e Ivan Raimi; sobre el cómic de Marvel de Stan Lee y Steve Ditko.
Producción: Laura Ziskin, Avi Arad y Grant Curtis.
Producción ejecutiva: Stan Lee, Kevin Feige y Joseph M. Caracciolo.
Música: Christopher Young.
Fotografía: Bill Pope.
Montaje: Bob Murawski.
Diseño de producción: Neil Spisak y J. Michael Riva.
Vestuario: James Acheson.
USA 2007
Tras haber visto Spiderman y Spiderman 2 no hace mucho, tenía que ver la tercera para terminar la serie, de momento, porque el director, Sam Raimi, ya está preparado para dirigir la cuarta, que está previsto que se estrene en 2009.
Este verano, en una charla cinéfila con mi amiga Mariluz, a quien los antiguos seguidores radiofónicos de Félix Linares, si queda alguno, conocerán, aunque sea por referencias, me había asegurado que me gustaría, pero yo no las tenía todas conmigo. Desde luego ella está más metida en temas de cómics que yo, de hecho tiene a su lado a un auténtico experto y entre los dos me demostraron que están puestos en el tema, con lo que habrán disfrutado mucho más de los pequeños detalles, que al resto se nos escapan.
La primera parte tenía mucha más acción y trataba de la conversión de Peter Parker en Spiderman, centrándose más en el superhéroe. La segunda trataba del propio Parker, de su crisis de identidad, de cómo su responsabilidad le podía y de su lucha interna. Esta tercera ahonda sobre todo en la relación entre Peter Parker y los que le rodean, más que nadie Mary Jane, pero también su tía May y su amigo Osborn, pero también es muy importante su dualidad como persona normal/superhéroe, que se ve duplicada a su vez entre el mal y el bien, como está en el borde de pasarse al lado oscuro.
Todos los personajes tienen esa dualidad entre el amor/odio que sienten por Parker, que constantemente los defrauda o les falla, pero en el que al mismo tiempo ven a una buena persona.
Supongo que se podrían hacer muchas interpretaciones filosóficas y psicológicas sobre el personaje protagonista, pero yo no sirvo para eso. No os preocupéis, la película puede verse también como simple divertimento, no hace falta intentar entender todas las motivaciones de los personajes.
Se puede disfrutar de las cabriolas que realiza Spiderman en sus excursiones por la ciudad y en su lucha contra los malos. Desde la primera película me han parecido exageradas, casi parece un videojuego viendo al pequeñajo hombrecillo de rojo brincando de un lado para otro con sus acelerados movimientos. Esos efectos son demasiado acelerados.
Otra cosa de la que se puede seguir disfrutando es de los amigos de Sam Raimi. Por supuesto, el personaje de Hoffman, que interpreta su hermano, Ted Raimi, sigue apareciendo (el otro hermano, Ivan, es guionista y la hija del director, Emma Raimi, aparece en una escena vendiendo una cámara al al jefe de Parker, entre Raimis anda el juego), pero además vuelve a haber un cameo (esta vez un poco mayor) de Stan Lee, que habla con Peter Parker y también el gran Bruce Campbell interpreta a un nuevo personaje, un camarero francés despistado y guasón.
Para los seguidores del cómic seguro que tiene mejor explicación, pero a mi me parece que el arácnido negro que hace convertirse a Spiderman en malo en esta entrega aparece de la nada, no le encuentro sentido. Eso sí, cuando se decide a pasarse al lado salvaje de la vida, es divertido, pero no le pega a Tobey Maguire, con su cara de no haber roto un plato, por mucho flequillo rebelde que le pongan.
También es curioso, que en la vida real cualquier accidente puede provocar una tragedia, pero en los cómics una fuga radiactiva, un experimento a nivel atómico o cualquier extraña energía suelta acaba por convertir a la gente en superhéroes y darles superpoderes. Eso sí, con un par de ellos que se junten en una ciudad y no se lleven muy bien, la pueden reducir a cenizas en cuatro días, porque en cuanto se cabrean destrozan todo lo que se les pone por delante, sin miramientos. ¿Compensa lo que solucionan con lo que revientan?
Hay una escena en esta película que hay que comentar. Es el autoplagio que se hacen del beso que Spiderman y Mary Jane se daban, él boca abajo en la primera. Aquí se lo da la rubia de turno, pero han aprovechado el tirón de aquel primero, que tuvo mucho éxito. Hasta la pobre Mary Jane (que le pilla infraganti, claro, porque esta vez lo hace delante de media ciudad) tiene que decir: “Ese beso es nuestro”.
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