TÃtulo Original: Van Diemen’s Land
Año: 2009
Duración: 101
PaÃs: Australia
Género: Drama/Histórica/Biográfica
Director: Jonathan Auf Der Heide
Guión: Jonathan Auf Der Heide, Oscar Redding
Música: Jethro Woodward
Reparto: Oscar Redding, Arthur Angel, Paul Ashcroft, Mark Leonard Winter, Torquil Neilson, Greg Stone, John Francis Howard, Jonathan Auf Der Heide, Jason Glover, Adrian Mulraney, Ben Plazzer
Uno de los penales que los británicos crearon allende de sus fronteras lo situaron en Tasmania, en el siglo XVII, llamado en su dÃa, Van Diemen´s Land, una isla situada a 240 km al sureste de Australia, en lo que se conocÃa como Nueva Gales del Sur. El penal en cuestión era el de Mcquire Harbour, del que deciden un grupo de reclusos un buen dÃa darse a la fuga. Tras reducir a uno de sus vigilantes, emprenden la huida, un tanto a la desesperada, porque no saben muy bien donde se encuentran, no tienen mapas, ni gps que les encaminen en la dirección correcta, pero sà muchas ganas de poner tierra por medio y lograr la ansiada libertad.
Una vez fugados, a medida que los dÃas se sucedan, comenzará a hacer mella el hambre. Las provisiones se les acaban más pronto que tarde, sin poder al parecer obtener ningún alimento por otra vÃa y ante esa tesitura y con la clara idea de sobrevivir, deciden matar a uno de sus compañeros de viaje para alimentarse con su carne. No obstante no versa este film sobre el canibalismo sino sobre la psique humana y la degradación en la que el ser humano puede consumirse.
No abundan los diálogos, que por otra parte sobran. El tiempo deja los cuerpos magros y abatidos, sin ganas de chanzas. Y el hecho de consumir carne humana solo consigue alimentarlos en parte, pero sobre todo perturbarlos, como si lo que en verdad se hubieran llevado a la boca fuera «el cuerpo del diablo». Una vez cruzada esa lÃnea, de no retorno, los asesinatos irán sucediéndose. Todo son entonces sospechas, recelos, miedos. Ver a un compañero con el hacha en la mano es como ver al «heraldo de la parca».
El director, Jonathan Auf Der Heide, juega muy bien con el entorno que rodea a los personajes, un territorio no habitado, de salvaje vegetación, muy lluvioso y agreste. Ahà la condición humana queda reducida a casi nada, como si de ratones metidos en una caja se tratara, donde el todopoderoso jugara con ellos, sometiéndolos a duras pruebas, para finalmente, tirar la caja, con ellos dentro al vertedero de la historia.
Los intérpretes están todos geniales. Desde su comienzo uno tiene la sensación de estar viendo un documental, porque en su proceder no hay nada impostado. Su alegrÃa primera y su posterior desesperanza y locura está perfectamente plasmada, con tal verosimilitud que es imposible no entrar de lleno en la historia y sentir un nudo en la garganta y un ronroneo en el estómago ante una situación tan desoladora. Saber que se trata de una historia real no hace sino realzar más si cabe los efectos anteriores.
No busquen en ella, secuencias trepidantes, escenas centellantes, personajes locuaces y divertidos, monstruos caracterizados que matan por placer, no. Nada de eso hay aquÃ. Solo unos seres humanos que se van desnaturalizando hasta perder todos esos valores que hacen al ser humano ser lo que es.
Para pasar un buen rato, pasando un mal rato, valga la paradoja, Tasmania es la pelÃcula adecuada.